BRASILIA, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los movimientos sociales brasileños han expresado su incredulidad acerca de las reformas políticas que tendrán que acordar la próxima semana un grupo de trabajo encargado por el Congreso, según ha publicado Agencia Brasil.
"Cada vez que los diputados y senadores se han reunido ha sido para hacer la vida más fácil a aquellos que ya ocupan su cargo actual", ha defendido uno de los abogados experto en derecho electoral del Movimiento de Lucha contra la Corrupción Electoral (MCCE), Luciano Santos. "Existe pesimismo sobre lo que este Congreso puede producir acerca de la reforma política".
Según los movimientos sociales que militan en esta causa, la única alternativa viable para una verdadera reforma política consiste en la aprobación de un proyecto de iniciativa popular, la cual debe venir respaldada de 1,5 millones de firmas para poder ser presentada en el Congreso. Para que tenga validez en las próximas elecciones de 2014, el texto debería ser votado por la Cámara y posteriormente ratificado por Dilma Rousseff antes del 3 de octubre, algo que los representantes de los movimientos consideran muy complicado.
Existen dos propuestas en fase de recogida de firmas. Por un lado, la del MCCE, bautizada como "elecciones limpias", defiende la aprobación de un sistema electoral en dos turnos para las legislativas. "En la primera vuelta el elector votaría únicamente en la plataforma del partido, mientras que en la segunda ronda elegiría al candidato que habría de cumplir el plan", explicó Santos.
La otra propuesta ha sido elaborada por la Plataforma de los Movimientos Sociales para la Reforma del Sistema Político y defiende un texto más amplio que el de el MCCE, en el que tiene cabida desde el controvertido aumento salarial de los parlamentarios a la necesidad de plebiscitos para decidir acerca de las grandes obras y privatizaciones que pueda acometer el Estado.
"El Congreso no aceptó, por ejemplo, fortalecer los mecanismos democráticos de participación popular. O las propuestas que tenían que ver con reforzar la participación de grupos en riesgo de exclusión, como los indios, negros, mujeres y homosexuales", argumentó uno de los miembros de esta plataforma.
En cuanto a la financiación de las campañas políticas, han expresado que las donaciones deberían ser exclusivamente públicas, pues las procedentes de entes privados puede dar pie al posible tráfico de influencias y a diversos episodios de intercambio de favores.