Actualizado 19/01/2015 17:17

Brasil no romperá relaciones con Indonesia para salvar al otro brasileño condenado a muerte

Dilma Rousseff.
Foto: STRINGER BRAZIL / REUTERS

RÍO DE JANEIRO, 19 Ene. (Notimérica) -  

   El Gobierno de Brasil descarta por el momento la opción de romper totalmente las relaciones diplomáticas con Indonesia tras la ejecución este sábado de Marco Archer, ya que la intención es mantener canales de comunicación que puedan ayudar a salvar al otro brasileño condenado a muerte, Rodrigo Gularte.

   El ministro de relaciones exteriores de Brasil, Mauro Vieira, remarcó este sábado que la ejecución dañaba las relaciones entre ambos países y, aunque Brasil haya llamado a consultas al embajador y la presidenta Dilma Rousseff avisara de repercusiones en la relación bilateral, parece que por el momento la opción es seguir con el diálogo.

   Vieira remarcó que no se ahorrarán "esfuerzos" para intentar salvar de la pena de muerte a Gularte, encarcelado desde 2004, cuando intentó entrar en Indonesia con seis kilos de cocaína escondidos en varias tablas de surf.

   Según ha explicado la ministra de Derechos Humanos, Ideli Salvatti, la estrategia pasaría por intentar convencer a las autoridades indonesias de que sustituyan la pena de muerte por una internación debido a problemas psiquiátricos, ya que la ley indonesia veta las ejecuciones a enfermos.

   Gularte fue diagnosticado de esquizofrenia el año pasado pero se niega a entrar en una clínica por creer que está sano, según su entorno.

   Este lunes será examinado una vez más por un psicólogo de la prisión donde cumple condena, según ha apuntado la embajada brasileña.

   La madre del reo, Clarisse Gularte, aseveró este domingo en el programa de televisión 'Fantástico', de Globo, que su hijo está "muy enfermo", y que la última vez que le vio, el año pasado, había adelgazado 15 kilos y estaba totalmente transformado: "Creo, desde el fondo del corazón, que él no va a aguantar más si se queda ahí más tiempo. El objetivo es llevarlo a un hospital psiquiátrico para que reciba el tratamiento adecuado", dijo.

   Pero para que Gularte sea transferido a un hospital, primero el Gobierno indonesio tiene que atender las peticiones de clemencia de Brasil, que no dieron fruto en el caso de Archer, por lo que las posibilidades de éxito son muy remotas.

   Para intentar evitar la muerte de Archer este fin de semana, la presidenta Rousseff intentó hablar telefónicamente con el presidente de Indonesia, Joko Widodo, en varias ocasiones, pero sólo consiguió contactar con él a última hora y recibió una negativa por respuesta.

   En su respuesta por escrito, Widodo aseguró que el Gobierno garantizó que el proceso legal fuera concluido con garantías en base a las leyes indonesias, y pidió respeto para su soberanía.