Actualizado 03/10/2010 00:11

Rousseff cierra su campaña donde Lula se labró su fama como sindicalista


SAO BERNARDO DO CAMPO (BRASIL), 2 Oct. (Reuters/EP) -

La candidata oficialista a la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff, ha celebrado este sábado el acto de cierre de campaña en la barriada industrial de Sao Bernardo do Campo, a las afueras de Sao Paulo, un lugar de alto significado simbólico, ya que fue allí donde el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, trabajó durante años como sindicalista.

"En esta campaña ha habido mentiras taimadas procedentes del bajo mundo de la política, de quienes no han tenido el coraje de aparecer en público. Pero la gente es madura", afirmó Rousseff en su discurso, dirigido a contraatacar ante los recientes y supuestos escándalos de corrupción.

Rousseff tiene grandes posibilidades de convertirse en la primera mujer presidenta del gigante latinoamericano cuando los brasileños voten el domingo, en gran parte gracias al enérgico apoyo de Lula y a su sorprendente popularidad, en alza en medio de una bonanza de la economía.

Lula y Rousseff, su ex jefa de Gabinete de 62 años, llegaron al acto en la parte trasera de un coche y rodeados de partidarios. Fue un final acorde a una campaña dominada por el ex trabajador metalúrgico de 64 años, pese a que su nombre no se encontrará en la papeleta por primera vez en un cuarto de siglo, ya que por ley no puede presentarse a un tercer mandato consecutivo.

Los votantes en la cuarta democracia más poblada del mundo comenzarán a dirigirse a los centros de votación a las 8.00 de la mañana (13.00, hora peninsular española) del domingo para elegir a sus candidatos al Congreso y gobiernos estatales, además de su próximo presidente. El voto es obligatorio y los colegios electorales permanecerán abiertos hasta las 17.00 horas.

Los sondeos muestran a Rousseff como favorita, con aproximadamente el 50 por ciento de los votos, la cifra necesaria para evitar una segunda vuelta. Sin embargo, su impulso disminuyó a raíz de las acusaciones de faltas éticas contra uno de sus colaboradores. Esto le dio a Eduardo Serra, ex gobernador de Sao Paulo, la esperanza de prolongar la carrera electoral pese a que las encuestas auguran su derrota en la segunda vuelta contra Rousseff, que se celebraría del 31 de octubre.