Actualizado 17/12/2013 21:31

El servicio de Inteligencia de Canadá espío a Brasil

Personas utilizando máscaras con el rostro de Edward Snowden.
Foto: REUTERS

BRASILIA, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

   La Agencia Canadiense de Seguridad de las Comunicaciones (CSEC) ha realizado actividades de espionaje sobre las comunicaciones del Ministerio de Minas y Energía de Brasil, según documentos filtrados del antiguo contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense Edward Snowden.

   El nuevo caso de espionaje fue revelado el domingo por el canal de televisión brasileño Globo. Según los documentos revelados, los servicios de comunicación, navegación y telefónicos del Ministerio de Minas y Energía habrían sido vigilados por Estados Unidos en colaboración con la agencia canadiense.

   Las informaciones reflejan una conferencia celebrada en junio del año 2012, en la cual varios analistas de cincos agencias nacionales distintas --de Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Australia y Nueva Zelanda-- abordaban el funcionamiento de un programa de espionaje llamado 'Olympia', el cual tenía como objetivo el Ministerio energético brasileño.

   Entre las llamadas telefónicas intervenidas, se encuentran los contactos mantenidos con la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), con la Embajada de Brasil en Perú, o las llamadas del antiguo embajador en Canadá, Paulo Cordeiro, ahora trabajando para el Ministerio de Asuntos Exteriores en Oriente Medio.

   "Existen muchas empresas canadienses interesadas en los recursos energéticos del país, sobre todo en el sector minero", dijo durante una entrevista el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao, quien no afirmó si el asunto del espionaje se debe a intereses empresariales, según ha explicado la agencia brasileña Estadao.

   El programa de televisión emitido por Globo también intentó ponerse en contacto con la otra parte del reportaje. Por un lado, la agencia canadiense alegó que no hacen comentarios de sus actividades en el exterior, mientas que en un comunicado, la NSA afirmó que se encontraban revisando sus actividades.

   Se trata del tercer caso de espionaje sufrido por la soberanía brasileña tras destaparse las escuchas realizadas por la NSA a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y a la agencia petrolera estatal Petrobras.