MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
Al menos cinco personas murieron el miércoles en ataques ejecutados por hombres armados contra dos localidades ubicadas en el norte de Burkina Faso, según han confirmado este jueves las autoridades.
Un total de cuatro personas fueron asesinadas en Zana, mientras que otra murió en Kieka, ubicadas en la provincia de Bam, parte de la región de Centro-Norte, tal y como ha recogido la agencia estatal burkinesa de noticias, AIB.
Según los datos oficiales, varias decenas de personas han muerto en ataques perpetrados durante el último mes en esta región. Bam ha sido la más afectada por el deterioro de la seguridad.
De hecho, estos últimos ataques fueron ejecutados dos días después de la muerte de seis personas en asaltos contra la localidad de Kanrgo, en Bam, mientras que durante el fin de semana fueron asesinadas otras 17 personas en Komsilga y Beneon, en esta misma provincia.
Apenas una semana antes, otras 15 personas fueron asesinadas en las comunas de Zimtenga y Bourzanga, también en Bam, lo que llevó a las autoridades a reforzar el despliegue de seguridad.
El presidente de Burkina Faso, Roch Marc Christian Kaboré, alertó la semana pasada de que el país hace frente desde 2016 a "ataques terroristas persistentes de una amplitud sin precedentes" e hizo hincapié en el deterioro de la seguridad en el Sahel.
"La escalada de violencia e inseguridad han provocado una crisis humanitaria sin precedentes, que ha dejado numerosas víctimas entre los civiles y en el seno de las Fuerzas de Defensa y Seguridad, cientos de miles de desplazados internos y el cierre de escuelas e infraestructuras de sanidad", señaló, en su discurso ante la 74 Asamblea General de Naciones Unidas.
"La desestabilización continúa a través de la instrumentalización de los problemas latentes entre las comunidades, lo que muta en enfrentamientos violentos", dijo, al tiempo que incidió en el impacto que ha tenido esto sobre el gasto público, cada vez más centrado en asuntos de seguridad.
Burkina Faso ha venido registrando una creciente actividad de grupos yihadistas, además de un incremento de la violencia intercomunitaria que enfrenta principalmente a pastores y agricultores, en los últimos meses.
En el país operan Ansarul Islam, un grupo terrorista autóctono, así como el Grupo para el Apoyo del Islam y los Musulmanes (JNIM), una organización yihadista que aglutina a otras cuatro, entre ellas AQMI y Al Murabitún, y en menor medida Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS).