Actualizado 29/07/2009 17:23

Camas solares, cigarrillo y arsénico, mayores amenazas de cáncer

SIDNEY (Reuters/EP) - Las camas solares ahora se ubican junto con el cigarrillo, el arsénico y el asbesto en la lista de mayores amenazas de cáncer para los humanos, según reveló un grupo internacional que investiga la enfermedad.

La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC por su sigla en inglés) movió a las camas solares, que emiten luz ultravioleta, a su máxima categoría de riesgo de cáncer y las etiquetó como "cancerígenas para los seres humanos", después de señalar que son más peligrosas de lo que se creía.

La entidad con sede en Francia, que es parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), había clasificado anteriormente a las lámparas y camas solares como "probablemente" cancerígenas para las personas.

La investigación, publicada en la última edición de la revista médica Lancet Oncology, reveló que el uso de camas solares podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer un 75 por ciento, particularmente en los niños y jóvenes.

"El riesgo de melanoma cutáneo aumenta un 75 por ciento cuando el empleo de dispositivos de bronceado comienza antes de los 30 años", señaló el informe.

El reporte del IARC llegó después de que científicos de nueve países se reunieran en junio para revaluar los riesgo de cáncer que generan distintos tipo de radiación. La radiación solar es la principal fuente de exposición humana a los rayos ultravioletas (UV).

El IARC publica desde 1971 una serie de "Monografías sobre la Evaluación de los Riesgos Cancerígenos para los Humanos", también conocidas como enciclopedia de la OMS sobre cancerígenos, donde ubica a los agentes peligrosos en grupos del 1 al 4.

El grupo 1, donde ahora se encuentran las camas solares, también incluye el asbesto, el arsénico y los productos del tabaco.

La OMS ha establecido que no recomienda el uso de dispositivos de bronceado UV para fines cosméticos. Esas camas actualmente se fabrican con mayores niveles de UVB para imitar al sol y acelerar el proceso de bronceado.

Algunos países y estados de Estados Unidos regulan esa industria multimillonaria, a veces prohibiendo el uso de estos dispositivos a los adolescentes o requiriendo el consentimiento de los padres o del médico.

También suele estar ordenado en algunos lugares que se indique el peligro que implica la exposición para la salud.