Actualizado 11/04/2015 00:10

C.Américas, histórica por Cuba y por la caída de precios de recursos energéticos

VII Cumbre de las Américas
Foto: MARIANA BAZO / REUTERS

CIUDAD DE PANAMÁ, 11 Abr. (Notimérica) -

   La VII Cumbre de las Américas de Ciudad de Panamá representa simbólicamente la foto de familia del momento geopolítico que viven los 35 países del continente americano, este año caracterizada mediáticamente por la presencia inédita de Cuba, tras el consenso cuasi unánime aprobado en la Cumbre de Cartagena de Indias de 2012 y reforzado por la apertura de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington, más por el escenario internacional incierto que enfrenta el interior y exterior de las regiones latinoamericanas con el fin del ciclo de bonanza de los precios de las 'commodities'.

   La Cumbre de las Américas, auspiciada por la Organización de Estados Americanos (OEA), refleja las cuestiones que priman en la agenda hemisférica, así como el sentir general, este año bajo el lema "Prosperidad con Equidad" y con la presencia de 35 Estados al admitir la irrupción exclusiva de Cuba, previamente votada en abril de 2012, en Colombia, con la Cumbre de Cartagena de las Indias, donde todos los mandatarios, a excepción de Estados Unidos y Canadá, evidenciaron su deseo de integrar a la isla caribeña.

   La apertura del diálogo diplomático entre los mandatarios Raúl Castro y Barack Obama comenzó con el saludo simbólico entre el cubano y el estadounidense en los funerales de Nelson Mandela de 2013, se reforzaron en diciembre de 2014, y son definitorios con esta Cumbre panameña, donde no sólo Washington acapara el interés mediático por la bienvenida de la isla, sino por la creciente escala retórica que mantiene con Caracas.

   El clima llega con diversos pronósticos sobre el comportamiento de los Estados, concretamente, sobre el porvenir tras las recientes agresiones dialécticas entre EE.UU y Venezuela. Así, el analista Sergio Caballero, de la revista del 'Instituto Política Exterior', explica que el presidente 'bolivariano' Nicolás Maduro pudiera adoptar una actitud de víctima frente a la hegemonía de los norteamericanos, o por contra, el presidente estadounidense pudiera delapidar su capital político negociador y legitimador en la Cumbre con las sanciones unánimes a funcionarios del Gobierno de Caracas, y aunar un incentivo de los rechazos con los ya consolidados por las organizaciones Unión de Naciones de Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

   No obstante, Venezuela ha anunciado recientemente el augurio de "una nueva era de relaciones con Washington". El desenlace final del espacio dialéctico se resolverá estos días.

   Una cita histórica entre naciones que se presenta con expectativas y análisis hacia cada rincón latinoamericano. El Brasil de la presidenta Dilma Rousseff deberá responder a la inestabilidad política, crisis económica y descontento de su ciudadanía. Argentina afronta los últimos meses del 'kirchnerismo' con la sociedad polarizada y marcada por una política 'albiceleste'. En Colombia se trabaja sobre el postconflicto con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) de más de 50 años de operatividad y más de 220.000 muertes que dista lejana de visualizar el fin en pocos días.

   El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, sobrevive a una crisis gubernamental enraizada con la desaparición de 43 estudiantes universitarios de Magisterio y las denuncias interpuestas por los organismos internacionales a fin de resolver la tortura, muerte y volatilización de miles de personas. Y el litigio marítimo entre Chile y Bolivia carece todavía de la resolución de la Corte Internacional de Justicia de la Haya.

   Este encuentro hemisférico es un referente al interés internacional del hemisferio, donde se fragua el diálogo, la discusión y consensos sobre temáticas tan trascendentes como la riqueza y precio de sus propios suelos. Según Sergio Caballero debe enfrentar en su escenario el fin de los buenos precios de las 'commodities' y cuestionarse el modelo de reprimarización de las exportaciones, a la vez que reformular los modelos de inserción internacional, ya sea vía integración regional, megabloques regionales o lazos con nuevos socios extraregionales.

   La cita de la Cumbre de las Américas proporcionará una vorágine de resultados simbólicos y retóricos más que materiales y constatables. Pero son resultados el éxito del diálogo y participación de 35 mandatarios convocados y confirmados, más la baja exigida y justificada de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, debido a los recientes desastres naturales sucedidos en el norte del país.

   Desde 1995 la Cumbre de las Américas lleva reuniendo a los jefes de Estado. Inicialmente en Miami (EE.UU) con la celebración de la primera de ellas, donde Estados Unidos intentó formar el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), proyecto que fue ávidamente rechazado en la IV Cumbre de las Américas de noviembre de 2005, en el diálogo, también histórico, cosechado por los entonces presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y Argentina, Néstror Kirchner, hacia el presidente norteamericano, George W.Bush.