Actualizado 06/06/2009 16:21

Cárteles mexicanos compran armas en ofertas de Houston

Por Chris Baltimore

HOUSTON (Reuters/EP) - Las pandillas de narcos en busca de armas lo suficientemente poderosas como para detener un vehículo, penetrar un chaleco antibalas o enfrentarse a un destacamento militar no necesitan buscar más allá de las 1.500 armerías de la zona de Houston, donde todo está a precios accesibles.

Armas como el rifle de francotirador Barrett M-82, el AK-47 y el Bushmaster .223 están entre las favoritas de los sicarios de los cárteles que el año pasado causaron la muerte de unas 6.300 personas en ciudades de la frontera con México, como Ciudad Juárez y Tijuana.

En México, la venta de armas está regulada por el Gobierno y a los ciudadanos se les pide que soliciten permisos, que son inusuales y costosos. Pero para aquellos mexicanos dispuestos a conducir 563 kilómetros desde la frontera las armas letales están disponibles a precios de descuento.

"Ellos pueden hacer las cuentas", dijo Dewey Webb, agente especial a Cargo de la división de campo en Houston de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF, por sus siglas en inglés).

"Ellos pueden recorrer unos cuantos cientos de kilómetros al norte y encontrar precios mucho mejores", añadió.

Por ejemplo, la pistola FN calibre 5,7 de fabricación belga es conocida entre las pandillas como un arma "mata policías", porque puede disparar una ronda a través de un chaleco anti-balas de Kevlar.

Cuesta 800 dólares en la zona de Houston, comparado con los 1.500 que cuesta en una tienda de frontera, dijo Webb.

La violencia en torno a la frontera con México está empezando a desbordarse hacia Estados Unidos. En Tucson, Arizona, a dos horas de auto desde la frontera, los residentes han sido testigos de una serie de robos y asaltos de pandillas conectadas con el lucrativo comercio de estupefacientes.

Por ahora, la violencia no ha perturbado los comercios de ciudades de frontera como El Paso o Ciudad Juárez, dijo Bob Cook, presidente de El Paso Regional Economic Development Corp.

Con más de 235.000 puestos de trabajo en el sector manufacturero y 70 compañías de las 500 listadas por Fortune, las dos ciudades cuentan con uno de los más grandes polos manufactureros de Estados Unidos, incluyendo el fabricante de autopartes Bosch y el productor de dispositivos médicos Cardinal Health.

"No se trata de que el dólar tiene más peso que el problema de la seguridad", dijo Cook. Incluso aunque la cantidad de crímenes en Ciudad Juárez se haya disparado, los propietarios de las 350 plantas allí "están llegando a la conclusión que ellos no son el blanco de la actividad criminal".

DERROTAR AL EJERCITO

Las autoridades de Estados Unidos dicen que las pandillas de narcotraficantes mexicanos, como Los Zetas, quienes actúan como agentes del Cartel del Golfo, ahora poseen un sofisticado arsenal de alto poder que les da la capacidad de hacer frente al Ejército mexicano.

También está el rifle de asalto AK-47, conocido por las pandillas narcotraficantes como el "cuerno de chivo" por su distintivo cargador curvo. A las pandillas les gusta el arma compacta porque una decena de ellas entra en el baúl de un auto.

Y los compradores que les interesa las marcas piden el rifle semi-automático Bushmaster calibre .223 por su nombre porque tiene estampada sobre él una serpiente enroscada.

En decenas de asesinatos en México se han encontrado armas compradas en Houston mediante "adquisiciones indirectas". Por vez se compran una o dos, haciendo que sea más difícil rastrearlas debido al enorme número de compradores aparentemente legítimos.

Uno de los casos rastreados involucró a un individuo llamado John Phillip Hernandez, quien el 12 de julio del 2006 entró a la tienda de armas de fuego Academy en Houston y compró un rifle Beretta y dos rifles Bushmaster, según documentos del caso.

Siete meses más tarde, una de las armas fue usada en un ataque contra las oficinas del Gobierno en Acapulco, México, en el que cuatro oficiales de policía y tres secretaras resultaron muertos.

OPOSICION DE LA NRA

Para las pandillas mexicanas, es un camino lógico. Ellos llevan toneladas de cocaína, marihuana y otros estupefacientes, y también contrabandean inmigrantes, de México a Houston, un gran centro de distribución de drogas en Estados Unidos. En su viaje de regreso transportan armas y municiones, dijo Webb.

Según datos de rastreo de armas de ATF, un 90 por ciento de las armas rastreables usadas en hechos violencia vinculados al narcotráfico en México salieron de Estados Unidos, siendo Texas, Arizona y California sus mayores proveedores.

La Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) el poderoso grupo de presión estadounidense con 4 millones de miembros, cuestiona esa cifra y ha luchado agresivamente contra los intentos de regular las transacciones comerciales de las armerías estadounidenses.

La NRA dice que la mayoría de las armas usadas por las pandillas de narcotraficantes mexicanas proviene del mercado internacional de armas y del Ejército mexicano, más que de proveedores estadounidenses.

"Si es que va a haber una solución para este problema, tiene que originarse en México. Tratar de solucionar el problema de la droga en México con el dictado de soluciones en Estados Unidos no va a ser productivo", dijo el portavoz de la NRA, Andrew Arulanandam.

La ATF no está de acuerdo y el mes pasado puso otros 100 agentes en las calles de Houston y otras ciudades de Texas para rastrear las armas de fuego recuperadas en México y llegar hasta sus vendedores.

"La ATF ha trazado la línea en la arena contra los crímenes violentos en Texas y en el resto del país", dijo el director interino de la agencia, Kenneth Melson. El personal adicional le permitirá investigar a 700 armerías autorizadas.

Algunos expertos, no obstante, temen que los esfuerzos rindan pocos frutos.

"Uno simplemente no va a detener este volumen de tráfico persiguiendo a individuos", dijo Kristen Rand, directora legislativa para el Violence Policy Center en Washington.

"La industria armamentista estadounidense se ha dedicado enteramente los tipos de armas que les gustan a los traficantes. Deberíamos examinar los niveles superiores y tratar de disminuir la potencia de ataques", dijo Rand.