Actualizado 08/05/2007 18:07

CELAM.- La visita del Papa movilizará al menos a 7.000 agentes de seguridad, el doble que el viaje de Bush


SAO PAULO, 8 May. (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Laura Caldito) -

La visita del Papa Benedicto XVI a Brasil, que comenzará mañana en Sao Paulo, movilizará al menos a 7.000 militares, policías y bomberos, una fuerza que duplica la puesta a disposición para la seguridad de la visita en marzo del presidente de los Estados Unidos, George W. Bush.

El Sumo Pontífice llegará a Sao Paulo mañana por la tarde, donde se entrevistará con las autoridades, celebrará un encuentro con los jóvenes y canonizará a Frei Galvao, el primer santo brasileño. Después, el viernes viajará a Aparecida, a 167 kilómetros de Sao Paulo, donde permanecerá hasta el día 13, cuando inaugurará la V Conferencia General del Episcopado de Latinoamérica y Caribe (CELAM). En cada una de las ciudades habrá cerca de 3.500 hombres encargados de la seguridad del Papa y su comitiva.

Se espera que la visita de Benedicto XVI movilice a más de un millón de fieles. Para la misa que celebrará en la basílica de Nuestra Señora de Aparecida, por ejemplo, se esperan 400.000 personas. Precisamente, según explicó a la Agencia Folha el jefe de comunicación del Mando Militar del Sureste, el coronel César Augusto Moura, la visita del Papa requiere una mayor cantidad de efectivos debido a la cantidad de fieles que va a movilizar.

De los 7.000 hombres destacados para la denominada 'Operación Arcángel', un total de 3.000 procederán del Ejército y estarán armados con fusiles, pistolas y armas no letales, como bombas de gases lacrimógenes y balas de goma, para garantizar la seguridad en las calles y lugares recorridos por el Papa. Su seguridad personal correrá a cargo del Vaticano y de Policías federales brasileños.

Moura apuntó que la mayor preocupación del equipo que coordina el esquema de seguridad para la visita del Papa está en sus desplazamientos por las calles de Sao Paulo. Según explicó, las calles se cerrarán temporalmente para el paso del Romano Pontífice, como ocurrió con la reciente visita de Bush.