SANTIAGO, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
El millonario empresario y líder de la oposición conservadora Sebastián Piñera se impondría en las elecciones presidenciales del próximo 13 de diciembre en Chile al cosechar el 36 por ciento de los votos frente al 26 por ciento que obtendría el candidato de centroizquierda y ex presidente Eduardo Frei, pero no superaría el 50 por ciento necesario para eludir una segunda vuelta electoral, según un sondeo publicado este miércoles por el diario 'Crónica'.
Los aspirantes minoritarios a suceder a Bachelet, el candidato de izquierda independiente Marco Enríquez-Ominami obtendría el 19 por ciento de los votos en la primera vuelta electoral y, por su parte, el también izquierdista Jorge Arrate, el 5 por ciento de los sufragios.
De acuerdo con la encuesta, elaborada por el prestigioso Centro de Estudios Públicos (CEP), Piñera ganaría la segunda vuelta electoral, prevista para el 10 de enero, con el 43 por ciento de los sufragios a su favor, frente al 37 por ciento que lograría Frei.
De acertar en los pronósticos, Piñera, que tiene inversiones en la aerolínea LAN, en el club de fútbol Colo Colo y en el canal de televisión Chilevisión entre otros, desplazaría al centro izquierda en Chile del poder, dado que la Corcentación de la actual presidenta, Michelle Bachelet, lleva dos décadas gobernando el país desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet en 1990.
La socialista Bachelet, cuya popularidad todavía supera el 80 por ciento, no puede presentarse a la reelección consecutiva y las recientes disputas internas en el seno de la Concertación, una amalgama de socialistas, democristianos y radicales, hacen presagiar que le pasarán factura al bloque de centroizquierda en las urnas.
Aunque tanto Piñera como Frei defienden el modelo de libre mercado en Chile que le ha coronado como la economía más estable en todo el continente latinoamericano, Piñera, en tanto que empresario, ha puesto más el acento en el papel de las empresas a la hora de crear empleo y riqueza, mientras que Frei ha defendido más el papel del Estado para garantizar la redistribución de la riqueza y la protección de los más pobres.