SANTIAGO, 7 Ene. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Claudia Riquelme) -
Una tensa semana inicia hoy el Gobierno de Michelle Bachelet, ante un inminente cambio en su gabinete de ministros, gatillado por la renuncia presentada la semana pasada por el titular de Interior, el demócratacristiano Belisario Velasco y por la petición de sus cargos hechos por la gobernante a sus intendentes regionales.
Este sábado, la mandataria se reunió con los presidentes de los partidos que integran la coalición oficialista de centro izquierda que gobierna Chile desde 1990, el Partido Socialista, el Partido DemócrataCristiano, el Partido Radical Social Demócrata y el Partido por la Democracia.
Y a pesar de que hubo un gran hermetismo al término del encuentro en la residencia privada de Bachelet, fuentes de los partidos confirmaron que el cambio de ministros se realizará antes de pasado mañana, pese a que, versiones vinculadas a La Moneda indicaron el viernes que la gobernante se inclinaría por realizarlo en marzo.
No obstante, la tensa situación generada por la salida de Velasco, quien un mes antes había sido secundado por el ministro portavoz, Ricardo Lagos Weber, al parecer obligará a realizar los cambios antes de que el Gobierno salga de vacaciones.
Fuentes de La Moneda han reconocido que una de las complejidades para materializar los cambios es el interés de la mandataria de mantener los equilibrios políticos dentro de la coalición, y también por la falta de "nombres" para poder ocupar las carteras, ya que se supone que este gabinete será el que acompañe a Bachelet hasta marzo de 2010, cuando termina su período de cuatro años en La Moneda.
Fue la propia presidenta quien dijo que, en el caso de los intendentes, buscaría las mejores personas para que la acompañen en lo que La Moneda ha definido como "el segundo tiempo" del primer gobierno de una mujer en Chile, que no ha estado exento de dificultades.
La polémica por la implementación del plan de transporte de la capital chilena que motivó un gran descontento en la población debido a fallos en su diseño y de implementación, y dificultades en el Parlamento debido al desfinanciación del programa, generó también la aparición de los llamados legisladores "díscolos", que, aún siendo parte de los partidos de Gobierno, se han opuesto a las medidas.
Ya uno de ellos, Adolfo Zaldívar, demócratacristiano y uno de los más enconados opositores a la dictadura de Augusto Pinochet, fue expulsado de su partido por aliarse con la derecha para bloquear en el Congreso un proyecto para financiar el plan de transporte.
Asimismo, las demandas sociales, asociadas a los mayores recursos con los que cuenta el país, cuyo Parlamento aprobó para 2008 el presupuesto de la nación más grande de la historia, donde el sello de la protección social que impulsa Bachelet tiene un respaldo en los altos ingresos generados por el precio del cobre, han generado algunos desencuentros no sólo con la oposición, sino también dentro del propio conglomerado oficialista.
Y aunque Bachelet dijo el viernes que no dejará que los rumores ni la prensa pongan tiempos o plazos a sus decisiones, al parecer el cambio de ministros no podrá pasar de esta semana, debido a las presiones de sus propios partidos asociados.