Actualizado 17/12/2013 21:06

Piñera acusa a los jueces de permisivos con culpables de disturbios

SANTIAGO, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -

   El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha acusado a los jueces de "no aplicar la ley con todo el rigor" por dejar en libertad a casi todos los detenidos por los disturbios que se produjeron el miércoles por la noche en varias comunas de Santiago con motivo del 40º aniversario del golpe de Estado.

   "Hemos podido constatar que, de los 264 detenidos, todos, salvo uno, han quedado en libertad, por lo que entendemos que los jueces de garantía no han aplicado la ley con todo el rigor que se requiere", ha dicho, durante su vista de este viernes a Valparaíso, según el diario 'El Mercurio'.

   Piñera ha criticado la actuación judicial ante "actos de tal violencia que han dejado 44 carabineros heridos, ocho de ellos graves, y varios autobuses quemados". "No es posible que todos los responsables, salvo uno, hayan quedado en libertad", ha insistido.

   Así, ha repetido su llamamiento al Congreso "para que apruebe la ley que establece sanciones más severas contra los encapuchados que cobardemente cometen delitos de forma reiterada". "Necesitamos esa ley para proteger mejor a los ciudadanos", ha argumentado.

   El líder conservador ha considerado que "ha llegado el momento de que los chilenos se unan contra la violencia y la delincuencia sin ninguna vacilación". "Porque es la única forma de hacer avanzar la paz que merece y quiere la inmensa mayoría", ha subrayado.

   La noche del 11 de septiembre, que suele ser tensa, comenzó con tranquilidad, bajo la vigilancia, tanto por aire como por tierra, de los 8.000 efectivos desplegados por Carabineros, sobre todo en la capital chilena, Santiago.

   Sin embargo, a última hora del miércoles empezaron a registrarse "incidentes aislados" en varias comunas de la provincia de Santiago, según ha informado la prensa chilena, protagonizados por grupos de encapuchados.

   Los disturbios más graves se produjeron en las comuna de Lo Espejo, San Bernardo y Villa Francia, donde los encapuchados recibieron con disparos de bala y perdigones el despliegue de Carabineros, hiriendo a varios aunque "sin riesgo vital".

   En la Región Metropolitana, grupos de encapuchados levantaron barricadas con objetos incendiados y atacaron con cócteles molotov al menos tres autobuses y un microbús de la red de transporte público. También incendiaron vehículos particulares y han asaltado tiendas.

   Como consecuencia de todo ello, un total de 44 agentes, entre oficiales y suboficiales, resultaron heridos --tres de ellos con ácido--, incluido el jefe de Carabineros en la Zona Oeste de Santiago, Rodolfo Pacheco, y 264 personas fueron detenidas, según el balance oficial.

   A ello se suman los 12 carabineros que resultaron heridos y las 68 personas que fueron detenidas por los incidentes registrados en la madrugada del miércoles. Grupos de encapuchados levantaron barricadas y se enfrentaron a los agentes en Santiago, Valparaíso, Concepción y San Felipe.

40º ANIVERSARIO

   Chile conmemoró el martes el 40º aniversario del golpe de Estado del general Augusto Pinochet contra el Gobierno de Salvador Allende, que todavía divide profundamente a la sociedad y a la clase política, como ha quedado patente por la disparidad de actos oficiales que se han celebrado.

   El Gobierno y sus aliados del centro-derecha recordaron estos hechos en una ceremonia celebrada en el Palacio de La Moneda en la que el presidente chileno, Sebastián Piñera, hizo un llamamiento a "superar los traumas del pasado" para la "reconciliación nacional".

   Sin embargo, en una entrevista concedida a la revista 'Time', Piñera cargó contra Allende, sosteniendo que, "a pesar de que fue elegido democráticamente, no respetó los principios democráticos básicos", por lo que "muchos pensaron que un golpe militar era la única solución".

   La oposición izquierdista celebró su propio acto en el Museo de la Memoria. El presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, ya explicó que no les era posible "participar en un acto organizado por un Gobierno lleno de cómplices pasivos (de la dictadura militar)".

   Los partidos políticos chilenos llevan caldeando el ambiente desde finales de agosto, cuando reabrieron el viejo debate sobre la necesidad de que aquellos que estuvieron en connivencia, directa o indirectamente, con el régimen de Pinochet (1973-1990) pidan perdón.

   Varios dirigentes políticos, incluidos diputados conservadores, se disculparon públicamente. El perdón más llamativo fue el de los jueces y magistrados a las víctimas por sus "acciones y omisiones" durante el régimen castrense.

   En contraposición, las declaraciones más criticadas fueron las realizadas por la candidata presidencial de la Alianza --coalición gobernante de centro-derecha--, Evelyn Matthei. "Yo tenía 20 años cuando fue el golpe de Estado, no tengo nada por lo que pedir perdón", dijo.