HONG KONG, 9 Ene. (DPA/EP) -
El Gobierno de Hong Kong ha emitido un comunicado este viernes rechazando la "intervención" del Gobierno de Estados Unidos al aprobar una ley con la que castigar los supuestos delitos contra los Derechos Humanos que se estarían produciendo en el territorio durante el control de las manifestaciones que se están sucediendo en el territorio desde junio del año pasado.
Una comisión especial del Congreso de Estados Unidos sobre China aprobó un documento por el cual se instaba a la Administración de Donald Trump a iniciar acciones contra los supuestos abusos contra los Derechos Humanos que se estarían produciendo no sólo en Hong Kong, sino también en el resto de territorios bajo la administración de Pekín.
"Es esencial que el presidente de Estados Unidos exprese su apoyo a los Derechos Humanos y a la democracia en China", rezaba el texto, "injustificado", de acuerdo con las autoridades de Hong Kong, las cuales también han asegurado que dicha propuesta "envía una señal errónea a los manifestantes violentos y perjudica las relaciones e intereses comunes" entre ambas partes.
El Gobierno de la antigua colonia británica ha expresado su malestar con Estados Unidos al "ignorar las preocupaciones planteadas repetidamente" acerca de lo perjudicial que supone haber convertido esta propuesta en ley, la cual contiene medidas punitivas contra aquellos que amenacen las libertades civiles en Hong Kong.
Esta comisión especial del Congreso de Estados Unidos abordó la crisis de Hong Kong y la situación de otras regiones de China, como la remota Xinjiang, en la que, denunciaron, se están cometiendo abusos contra las minorías étnicas presentes en esa zona del noroeste del vasto país asiático.
CRISIS POLÍTICA Y MANIFESTACIONES EN HONG KONG
Hong Kong se ha visto sumido en una grave crisis desde que estallaron las protestas el pasado mes de junio contra un polémico proyecto de ley de extradición a la China continental.
La jefa de Gobierno del territorio, Carrie Lam, acabó retirando definitivamente el proyecto de ley pero las protestas continuaron con demandas mayores, incluido el sufragio universal.
Los manifestantes protestan, además, por lo que consideran como una creciente interferencia de Pekín en Hong Kong, que volvió al dominio chino en 1997. China niega la intromisión y ha acusado a gobiernos extranjeros, entre ellos Estados Unidos y Reino Unido, de provocar la situación.