MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Policía de Hong Kong ha empleado gases lacrimógenos para dispersar este sábado a cientos de manifestantes antigubernamentales que se han congregado en un parque de la ciudad donde estaba prevista otra protesta de carácter local.
Cientos de manifestantes se han concentrado en las inmediaciones del parque Tuen Mun, en medio de una fuerte presencia policial y de antidisturbios, que finalmente han intervenido empleando gases lacrimógenos después de que se haya producido el lanzamiento de cócteles molotov por algunos de los presentes.
"Manifestantes radicales han provocado daños en las instalaciones de la estación de metro ligero de Tuen Mun con varas de hierro, han lanzado objetos contra la vía y han instalado barricadas en las proximidades, obstruyendo el tráfico", ha denunciado un portavoz policial citado por el diario 'South China Morning Post'.
Asimismo, ha añadido, "los manifestantes radicales han lanzado cócteles molotov, lo cual supone una grave amenaza para la seguridad de otras personas y de los agentes en el lugar". Según este diario, al menos tres personas habrían sido detenidas durante estos incidentes.
Los residentes de Hong Kong habían convocado una marcha a la sede del Gobierno para llamar la atención por la inadecuada respuesta de las autoridades a sus quejas por los ruidos en el parque Tuen Mun durante la noche.
Como consecuencia de estos hechos, la estación de metro ligero ha cerrado y se ha suspendido el servicio. También han cerrado sus puertas buena parte de los negocios de la zona. Según el diario, la mayoría de los manifestantes ya se han dispersado y en el área están presentes cientos de agentes.
Hong Kong es escenario desde hace ya 16 semanas de protestas a favor de la democracia que comenzaron como rechazo a un proyecto de ley de extradición que contemplaba el envío a la China continental, el cual ya ha sido completamente abandonado por la jefa de Gobierno local, Carrie Lam. Sin embargo, ha seguido habiendo manifestaciones, aunque menos multitudinarias.
Hong Kong volvió bajo soberanía china en 1997 gracias a un acuerdo con Reino Unido por el cual China se comprometía a mantener el régimen de derechos y libertades del que había disfrutado el territorio durante el dominio colonial, lo que dio lugar al principio de "un país, dos sistemas".