MADRID, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha asegurado este jueves que no se dejará "intimidar" por el Gobierno chino varios días después de que Pekín emitiera una alerta de viaje para el país y pidiera a sus ciudadanos "mantenerse alejados" del territorio australiano ante el "creciente racismo".
Tal y como ha expresado Morrison, Canberra no cederá ante la "coerción" ejercida por el gigante asiático en el marco de la tensión entre los dos países, que han intercambiando numerosas acusaciones, muchas de ellas en relación con el origen del coronavirus, que fue detectado por vez primera en la ciudad china de Wuhan.
En declaraciones a la emisora 2GB Radio, el mandatario australiano ha calificado de "basura" las acusaciones de racismo y ha aseverado que no habrá amenazas que "intimiden" a su país.
China, que ha amenazado en el pasado con boicotear el consumo de productos australianos, como vino o carne, es el principal socio comercial de Australia y acumula el 36 por ciento de sus exportaciones. Además, es la principal fuente de estudiantes y turistas.
El Gobierno chino pidió el viernes a su población evitar viajar a Australia debido a un aumento de los ataques racistas. "Se ha producido un terrible aumento de los actos de racismo y discriminación contra ciudadanos chinos en Australia debido al impacto de la pandemia de coronavirus", dijo entonces el Ministerio de Cultura y Turismo en un comunicado.