Actualizado 08/12/2009 20:05

Clima.- Brasil rechaza aceptar un objetivo de reducción de emisiones para 2050 si no hay acuerdo para el de 2020


COPENHAGUE, 8 Dic. (Reuters/EP) -

El embajador de Brasil sobre Cambio Climático ante la ONU, Sergio Serra, aseguró este martes que el Gobierno brasileño no firmará un acuerdo global para reducir a la mitad las emisiones de CO2 a la altura de 2050 si los países industrializados no se comprometen con objetivos más ambiciosos para recortar las emisiones en 2020.

"La reducción del 50 por ciento a la altura de 2050 no tiene sentido a menos que se tenga objetivos a medio plazo. Con objetivos a medio plazo, puede ser una cifra razonable", admitió Serra en una entrevista a la agencia Reuters.

En la Cumbre sobre Cambio Climático auspiciada por la ONU que acoge entre el 7 y el 18 de diciembre Copenhague, el Gobierno danés espera que los países se comprometan a reducir a la mitad sus emisiones a la altura de 2050 como parte un acuerdo global que debería contribuir a perfilar un nuevo Tratado de reducción de emisiones que sustituya al de Kioto, que vence en 2012.

El nuevo acuerdo sería ultimado el próximo año ante la previsibilidad de que los países no alcancen un acuerdo antes del viernes para reducir, mediante objetivos vinculantes, sus emisiones en un 20 por ciento a la altura de 2020.

Los países en vías de desarrollo defienden que los países ricos se comprometan con objetivos de reducción de emisiones de CO2 en 2020, antes de comprometerse con el objetivo de reducir a la mitad las emisiones a la altura de 2050.

DIVISIÓN SOBRE OBJETIVOS DE LOS PAÍSES RICOS

Sin embargo, Serra admitió que los países en vías de desarrollo están divididos en cuanto a la cifra con la que les gustaría que se comprometieran los países industrializados en 2020.

Brasil por ejemplo, apoyado por varios países que no citó, quieren que los países industrializados se comprometan con objetivos de reducción de entre el 25 y el 40 por ciento respecto a los niveles de 1990 para 2020. Sin embargo, otros países en vías de desarrollo piden que las reducciones se eleven hasta el 45 por ciento, explicó.

La presidenta de la Alianza de Pequeñas Islas Estado (AOSIS, por su sigla en inglés), Dessima Williams, confirmó que los 43 países del bloque abogan porque los países industrializados reduzcan sus emisiones en 2020 en un 45 por ciento respecto a los niveles de 1990.

"Nuestro 45 por ciento sigue sobre la mesa. Alemania ofrece el 40%, la Unión Europea como conjunto y algunos otros países están en 30%. Este es el momento para aumentar, para ser ambiciosos", admitió en declaraciones a la agencia Reuters.

Los países industrializados se han comprometido hasta ahora con reducciones que oscilan entre el 14 y el 18 por ciento a la altura de 2020 respecto a los niveles de 1990. La Unión Europea, por su parte, se ha comprometido a elevar su objetivo de reducción de emisiones del 20 al 30 por ciento para 2020 si otros países industrializados se suman a este compromiso.

DEFORESTACIÓN Y AYUDA PARA LOS POBRES

Serra también aseguró que un acuerdo para luchar contra el cambio climático frenando la deforestación mundial sólo podría cerrarse como parte de un acuerdo financiero sobre la cantidad de dinero que los países ricos deben destinar para contribuir a ayudar a los más pobres a luchar contra el calentamiento global, una cifra que todavía no se ha acordado.

"Si no estamos cerca de un acuerdo sobre el paquete financiero a nivel global, dudo de que tengamos un paquete sectorial o limitado sobre el REDD", explicó Serra, en alusión al Programa Colectivo de la ONU para Reducir Emisiones de la Deforestación y la Degradación Forestal en países en vías de desarrollo.

"El problema es tener un acuerdo sobre el REDD para el viernes porque, aunque sería deseable, el hecho es que el REDD es un mecanismo financiero", precisó.

En su opinión, el acuerdo financiero global no tendría que estar totalmente completado para este viernes sino lograr acordar un marco para el acuerdo dado que se podría "rellenar los flecos" del mismo más adelante.

Después de que Brasil recientemente mostrara indicaciones de que permitirá a los países industrializados comprar derechos de emisiones a cambio de financiación para el programa REDD, Serra precisó que el límite propuesto del 10 por ciento en la compra de emisiones podría incluirse dentro de un paquete de créditos acordado.

"Nos gustaría verlo como un límite. La idea detrás también era impulsar a los países desarrollados a tener objetivos más ambiciosos (de financiación para la adaptación al cambio climático) si van a utilizar el 10 por ciento", explicó.