Actualizado 28/02/2013 13:34

Colombia.- Amnistía denuncia la muerte de una activista colombiana de DDHH en circunstancias "controvertidas"

Los medios locales han hablado de suicidio, pero la mujer había recibido reiteradas amenazas de muerte


MADRID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este jueves la muerte, en circunstancias "controvertidas", de una activista colombiana de los Derechos Humanos y ha recordado que, aunque los medios de comunicación del país han atribuido su fallecimiento a un suicidio, la mujer había recibido reiteradas amenazas de muerte por sus actividades en apoyo de las víctimas de violencia sexual en el conflicto armado.

Angélica Bello, de 45 años y madre de cuatro hijos, murió el pasado sábado 16 de febrero en su domicilio de la ciudad de Codazzi, en el departamento de Cesar (norte de Colombia), según ha informado la organización de Derechos Humanos en un comunicado.

Algunos medios de comunicación locales han asegurado que la mujer se había disparado a sí misma con el arma de uno de sus guardaespaldas, pero varias organizaciones de Derechos Humanos han puesto en duda la hipótesis del suicidio y las autoridades han anunciado la apertura de una investigación.

Solo unos días antes de su muerte, según AI, Bello había sido amenazada por unos individuos que la habían ordenado que abandonase la zona en la que vivía.

A principios de enero, había participado como portavoz de supervivientes de actos de violencia sexual relacionada con el conflicto en una reunión con el presidente del país, Juan Manuel Santos, con el objetivo de presionar para que las voces de las mujeres se tuvieran en cuenta en el debate sobre la aplicación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras.

La Ley ha sido concebida para garantizar la devolución a sus legítimos propietarios de los millones de hectáreas de tierras apropiadas indebidamente durante el conflicto y para ofrecer reparación a algunas de las víctimas.

En aquella reunión, entre otras cosas, Angélica Bello había pedido al presidente Santos que aplicase medidas urgentes para prestar apoyo psicosocial a las víctimas, entre ellas las supervivientes de violencia sexual.

"NO ERA AJENA AL PELIGRO"

Angélica Bello, según Amnistía, "no era ajena al peligro, y las amenazas no eran algo nuevo para ella". En 2000, un grupo de paramilitares secuestró y mantuvo retenidas como esclavas sexuales a dos de sus hijas, que solo quedaron en libertad tras la intervención personal de Angélica Bello.

En noviembre de 2009, la propia Bello se convirtió en víctima de abusos sexuales, cometidos presuntamente por varios paramilitares en venganza por su labor en materia de Derechos Humanos. Según AI, la agresión se produjo después de haber recibido una serie de amenazas.

"Cuando los hombres abusaron de mí, y me golpearon, lo primero que me advirtieron fue que no lo denunciara. Me dijeron que los debía mirar atentamente, mirarles la cara, porque podía volverlos a ver en cualquier momento", declaró por entonces a un equipo de Amnistía Internacional.

En 2010, un grupo de hombres siguió y agredió a una de sus hijas, que había ido a Bogotá a matricularse en la Universidad. Angélica Bello, según la organización, tuvo el valor de denunciar ante las autoridades las amenazas y los abusos sexuales, "pero se hizo muy poco para investigar el caso y poner a los responsables a disposición de la justicia".

A principios de 2010, la oleada de amenazas y ataques contra Angélica Bello había llegado a ser tan preocupante que solicitó medidas de protección a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Asimismo, en abril de 2011, las autoridades colombianas le facilitaron dos guardias de seguridad armados y un vehículo blindado.

"Ninguna de estas medidas bastó para protegerla eficazmente", y durante este tiempo, la activista vivó "con el temor constante de que alguien se infiltrase en su seguridad", ha lamentado Amnistía Internacional.

De hecho, a pesar del plan de protección, las amenazas y el acoso continuaron y en los últimos años había recibido una serie de amenazas de muerte, entre las que se incluían al menos dos panfletos firmados por un grupo paramilitar. "Se comenta que, tras el tercer panfleto, comienzan a matar personas. A ver qué pasa", explicó ella misma a Amnistía Internacional a finales de 2011.

"KAMIKAZE EN IRAK"

Angélica Bello era muy conocida en Colombia, según la organización. En 2006, fundó la Fundación Nacional Defensora de los Derechos Humanos de la Mujer (FUNDHEFEM), desde la que trabajó para proteger a algunas de las miles de supervivientes de violencia sexual en el contexto del conflicto armado de Colombia. "Ser mujer y activista de los Derechos Humanos en Colombia es como ser kamikaze en Irak", declaró a un equipo de Amnistía Internacional a finales de 2011.

Amnistía Internacional y otras organizaciones de Derechos Humanos han denunciado que, en el largo conflicto armado interno de Colombia, las defensoras de los Derechos Humanos y activistas sociales "han sido víctimas de amenazas, violaciones y homicidios cometidos por las partes enfrentadas en un intento de acallarlas".

"Valientes defensoras de los Derechos Humanos de todo Colombia trabajan para proteger los derechos de miles de mujeres a las que han tratado poco menos que como trofeos de guerra. Estas defensoras son agredidas, amenazadas y hasta asesinadas sin nadie que las proteja", ha manifestado el investigador de Amnistía Internacional sobre Colombia, Marcelo Pollack.

"La muerte de Angélica es otro siniestro recordatorio de que, a no ser que los abusos contra los Derechos Humanos se investiguen y se ponga a los responsables a disposición de la justicia, las autoridades colombianas seguirán transmitiendo el mensaje de que está permitido cometer estos abusos", ha señalado Pollack.