Publicado 26/11/2019 13:54

Colombia.- El "autocuidado", la estrategia de supervivencia para los activistas del norte del Cauca

Colombia.- El "autocuidado", la estrategia de supervivencia para los activistas
Colombia.- El "autocuidado", la estrategia de supervivencia para los activistas - ALIANZA POR LA SOLIDARIDAD

La líder de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca lamenta la falta de avances pese a la firma del acuerdo de paz

MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

La firma de los acuerdos de paz con las FARC no se ha traducido en una mejora de las condiciones de vida en el norte del departamento del Cauca, donde los activistas se han visto forzados de depender de "estrategias de cuidado y autoprotección" para reducir los riesgos para su seguridad y salvar en última instancia su propia vida.

La presidenta y cofundadora de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM), Clemencia Carabalí, sufrió en mayo un ataque cuando participaba en una reunión con otros activistas y, desde entonces, esta mujer galardonada este año con el Premio Nacional de Derechos Humanos ha seguido recibiendo amenazas de muerte.

Carabalí no se rinde y, de la mano de Alianza por la Solidaridad, encabeza una asociación integrada por 220 mujeres y que sigue operando en áreas donde la presencia de grupos armados es una constante. Ella misma se vio forzada en dos ocasiones a abandonar Colombia durante un tiempo, pero regresó porque considera que su tarea está lejos de terminar.

Más de 400 activistas han muerto asesinados desde la firma del acuerdo de paz con las FARC y, según defensores de los Derechos Humanos, la cifra podría ser aún mayor. Además, solo en octubre, 14 indígenas han perdido la vida en el norte del Cauca, según Carabalí, quien ha lamentado la alta cifra de víctimas cuando teóricamente ya no existe "el mayor problema" que tenía Colombia, en alusión a la desaparecida guerrilla.

"La mayor seguridad para mí es la gente", afirma, en alusión a una estrategia consensuada con la ciudadanía y que consiste, por ejemplo, en que la población alerte a la asociación si detecta movimientos sospechosos antes de un futuro desplazamiento. Según Carabalí, que ha explicado su experiencia a periodistas, no se puede depender de la protección de las fuerzas de seguridad y de un Gobierno que considera "mudo, sordo y ciego" a las necesidades de la comunidad.

VIVIR "EN MEDIO DE LA GUERRA"

El norte del Cauca se acostumbró durante décadas a vivir "en medio de la guerra". "Uno se levantaba y no sabía de dónde le venían las balas", ha contado la responsable de ASOM. Sin embargo, los desafíos no están ni mucho menos resueltos y la situación "sigue siendo compleja a pesar de la firma del acuerdo de paz" con las FARC hace ya tres años.

"Lo poco que hemos logrado avanzar ha sido con apoyo de la comunidad internacional", ha asegurado Carabalí, crítica con el Gobierno de Iván Duque por no haber asumido la firma de los acuerdos --negociados durante la etapa de Juan Manuel Santos-- como "una política de Estado" al servicio de toda Colombia y de todas las comunidades que la conforman.

El norte del Cauca es una región rica en recursos naturales que se han convertido en cierta medida también en una fuente de "desgracia" por el aprovechamiento desmedido de los mismos y, a día de hoy, las autoridades deberían tomar medidas para que vender productos locales fuera de la zona "sea mucho más fácil que sacar un kilo de coca", ha reclamado.

Carabalí también ha discrepado con la tesis de que "el problema del Cauca es el narcotráfico", ya que considera que hay otras causas subyacentes a dicha actividad ilegal. Si las autoridades no resuelven antes los problemas estructurales será "pan para hoy y hambre para mañana", según la activista, quien ha instado a apostar por una "sustitución de cultivos" y no por una fumigación con glifosato que perjudica cosechas legales y causa daños para tierras y comunidades.

ASOM desarrolla tres líneas de actuación para fomentar el desarrollo local, y principalmente de las mujeres, mediante la reivindicación de Derechos Humanos, el empoderamiento económico y la defensa de la producción local y la recuperación de tierras.

DESARROLLO PARA TODOS

Carabalí ha señalado que mensajes de este tipo han convertido a colectivos como mujeres, afrodescendientes e indígenas en un "estorbo para el desarrollo", en el que se estaría abriendo la puerta a la inversión sin tener en cuenta la opinión de las propias comunidades afectadas. Así, ha afirmado que puede haber zonas sin suministro eléctrico apenas a diez minutos de una central.

"Con las riquezas que tiene Colombia, darían para que todos viviéramos", ha agregado Carabalí, defensora de movilizaciones como la convocada el pasado jueves y que, como ha recalcado, sigue activa tanto en ciudades como en áreas rurales. La activista ha lamentado que el Gobierno de Duque se limite solo a resaltar los "desórdenes" --que la fundadora de ASOM ha atribuido a las propias fuerzas de seguridad-- y le ha exhortado a escuchar a la ciudadanía sin "estigmatizar".

Carabalí ha echado en falta voluntad política por parte del Ejecutivo para resolver los retos pendientes, pero al menos ha destacado que otras instituciones como el Defensor del Pueblo, la Procuraduría y la Fiscalía han mostrado una "enorme preocupación" por la situación de los Derechos Humanos en el norte del Cauca.

También Naciones Unidas se ha expresado en el mismo sentido, según esta mujer, quien espera que al menos la presión de la comunidad internacional sirva para que el Gobierno revise sus políticas. "Queremos transformar el mundo, pero solas no podemos", ha sentenciado.