Actualizado 04/10/2016 13:01

Sergio Jaramillo: "No hemos sabido comunicar bien a los colombianos el proceso de paz"

El Alto Comisionado para la Paz del Gobierno colombiano, Sergio Jaramillo (a la
ENRIQUE DE LA OSA / REUTERS

   MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El proceso de paz que mantiene el Gobierno colombiano con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no culmina con la firma del acuerdo, sino que se necesita llevar a cabo una "verdadera transición" que tenga como resultado "un país más integrado y una democracia más profunda" que la actual, subrayando que "de lo que se trata no es solo de acabar con el conflicto de las FARC sino romper los ciclos históricos de violencia" que sufre Colombia.

   Así lo ha planteado este martes en Madrid el Alto Comisionado para la Paz en Colombia, Sergio Jaramillo, que ha reconocido que no han hecho una buena labor de comunicación para transmitir a los colombianos los avances en las negociaciones tras la aparición de una encuensta la pasada semana en la que se reflejaba que el 60 por ciento de los colombianos reconoce no estar bien enterado del curso del proceso. "Ha sido difícil, no hemos sabido comunicar bien cada una de nuestras acciones", ha lamentado.

   Jaramillo ha llamado a "pensar en grande", puesto que "una oportunidad de estas se da una vez e una generación" y ha advertido de que si no se aprovecha el actual proceso de paz con las FARC "Colombia seguirá marchando hacia delante pero siendo dos países".

   En este sentido, ha incidido en la importancia que tiene la integración territorial y el llevar a cabo un "esfuerzo de verdadera reconstrucción" en el que los ciudadanos se sientan más identificados con el Gobierno, reconociendo que en la "periferia" se han sentido abandonados por el "sistema centralizado" actual.

   Para que esto sea posible, según el Alto Comisionado, tiene que producirse un "cambio de reglas para expulsar definitivamente la violencia de la política". "No más armas en la política", ha sostenido, resaltando que en los últimos 30 años han sido asesinados 175 alcaldes y 543 concejales.

   "Una cosa es terminar el conflicto y otra construir la paz", ha defendido como en anteriores ocasiones Jaramillo, poniendo el acento en que "el verdadero proceso comeinza con la firma de la paz" y precisamente en este punto es en el que se está trabajando ahora en la mesa de negociaciones con las FARC en La Habana, en cómo será el día después a la firma del acuerdo.

   En opinión de Jaramillo, el país necesita llevar a cabo una transición de la que salga "más integrado y con una democracia más profunda". Para ello, y como ya ha planteado el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, es necesario "un acuerdo político" ya que, como ocurrió en España con la Transición, "estamos en un momento crítico" para el futuro del país.

IMPUNIDAD Y REFRENDACIÓN

   El Alto Comisionado ha defendido igualmente durante su intervención en un acto organizado por EFE en Casa de América dos de los puntos más polémicos del proceso de paz con las FARC: el sistema de justicia transicional y la refrendación del acuerdo.

   Respecto al primero, ha refutado a quienes, como el expresidente Álvaro Uribe, denuncian que el sistema de justicia transicional acordado con la guerrilla garantiza la impunidad. Según Jaramillo, el verdadero problema es que "es de tal ambición que su aplicación va a ser difícil".

   En este sentido, ha incidido en que nunca hasta ahora en ningún otro proceso de paz en el mundo un grupo armado ha accedido a reconocer todos los crímenes y delitos que cometió y a someterse a la justicia por ello. Así, ha recordado que aquellos que reconozcan su papel en el conflicto serán penados con hasta 8 años de cárcel, mientras que los que se nieguen a ello recibirán penas de 20 años.

   Jaramillo ha asegurado que todo se ha hecho pensando en los derechos de las víctimas, que desde el primer momento han ocupado un papel central en el proceso ya que otro de los puntos básicos del acuerdo es la búsqueda de la "no repetición", puesto que buena parte de la violencia sufrida durante las últimas cinco décadas ha venido motivada por la "venganza".

   En cuanto a la decisión de someter el acuerdo de paz a un referéndum, el Alto Comisionado ha defendido la "decisión política de Santos de dar la última palabra a los colombianos". En su opinión, es importante "dar un sentimiento de participación" en el proceso a los ciudadanos, puesto que las negociaciones se han estado realizando en Cuba y el Gobierno no ha podido explicar todo lo que quisiera lo que se está debatiendo.

   Por ello, ha indicado que una vez firmado el acuerdo, el Ejecutivo deberá emprender una "campaña vigorosa a favor de la refrendación" para hacer entender a los ciudadanos "qué significa la paz" para todos y cada uno de ellos. Asimismo, se ha mostrado convencido de que pese a que actualmente los sondeos apuntan a que la mayoría de los colombianos no tiene esperanzas en el proceso de paz, una vez éste culmine en un acuerdo cambiarán de opinión.

   A este respecto, ha considerado difícil calcular el beneficio que la firma de la paz tendría para Colombia. "No es una cuestión de números, sino la cantidad de oportunidades perdidas por el conflicto y que no se han aprovechado", ha aseverado.

   "Colombia no puede vivir para siempre con una parte de su territorio en conflicto", ha defendido. "Este país se tiene que integrar y la paz es la oportunidad", ha remachado.