Actualizado 17/12/2013 20:59

Colombia.- Las FARC retuvieron durante horas a una mujer que escapó de Nariño cuando estaba cercado por paro agrario

Miembros de las FARC arrestados
REUTERS

BOGOTÁ, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -

Una ciudadana colombiana llamada Margarita Cendales ha compartido a través de su blog personal su experiencia como retenida por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con las que permaneció 16 horas después de conseguir salir de la sitiada ciudad de San Juan de Pasto, en el departamento de Nariño, durante el paro agrario.

Sin embargo, a la vista de su historia, Cendales, de 32 años, no pareció sentirse demasiado violentada con su retención cerca de a localidad de Mojarra. Es más, según el diario 'El Espectador', ser secuestrada era algo que, en parte, deseaba desde hacía tiempo. Más concretamente desde que le contaron que su madre dejó a la familia por enrolarse en las filas de las FARC, algo que más tarde descubriría que era falso.

Secuestrada junto a cuatro personas más, uno de ellos un agente de Policía, pasó varias horas retenidas hasta que las FARC decidieron liberarlas. Durante ese tiempo, Cendales afirmó haber aprendido mucho de la experiencia y resaltar que vivir una situación de este tipo le marcó para toda la vida.

Comprometida con la situación difícil que vive Colombia, Cendales viajó a la capital de Nariño para comprobar de primera mano las manifestaciones de los trabajadores del campo. Tras 17 días sin poder salir de la ciudad, su experiencia vital continuó al lado de los guerrilleros unas horas más.

A pesar de lo tensa y violenta que la situación pudiera parecer, Cendales afirmó que las personas retenidas se mostraban tranquilas, bromeando con los guerrilleros. Algunos hasta jugaron al fútbol con los niños que había por allí. "Yo me puse a hablar con ellos, insistían en que también eran campesinos y que estaban apoyando a su gente, y que nosotros teníamos que entender eso", cuenta en su blog.

El momento de más tensión se produjo cuando, antes de la liberación, Cendales comprobó que falta el dinero de su cartera, la cual había sido requisada junto a móviles y demás pertinencias cuando fueron interceptados por los miembros de la guerrilla. "Volvió el caos y se echaron para atrás, ya no nos liberaban hasta que el culpable del robo apareciera. Era una cuestión de principios, pues ellos tenía como uno de sus códigos no robar", comenta.

Finalmente, el lunes fueron liberados ella y otras tres personas. La cuarta, un agente de Policía que intentó por todos los medios que no conocieran esta peculiaridad, permaneció un días más retenido para un posible cambio humanitario que nunca llegó a producirse.