Actualizado 20/06/2006 22:14

Colombia.- Refugiados colombianos denuncian en Gijón las violaciones a los DDHH cometidas por el Gobierno de Uribe

El país sudamericano es el segundo del mundo en el número de desplazados, con 3,6 millones de refugiados


GIJÓN, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

Refugiados colombianos denunciaron hoy en el Ayuntamiento, durante el transcurso de una recepción oficial, las violaciones de los Derechos Humanos perpetradas por el Gobierno de su país. Según afirmaron, éste "persigue, tortura y asesina a todo aquel que alerte de la situación de represión a la que está sometido el campesinado".l Cifraron de 3,6 millones de refugiados dentro de su propio país, la cifra más alta del mundo después de Sudán.

El concejal de Solidaridad y Cooperación IOnternacional, Jesús Montes Estrada, fue el encargado de recibir a los refugiados colombianos, que se encuentran en Gijón desde hace unos 20 días en un programa de acogida, por el que se les cede un piso durante seis meses. Estos hombres son en su mayoría campesinos que representan a algún sindicato o asociación en su país, y que por ello "han tenido que salir de su país para evitar ser torturados o incluso para salvar su vida", según indicaron.

En este sentido, el coordinador del programa de acogida, Javier Orozco, indicó que el Gobierno colombiano, a través de los paramilitares "quita las tierras a los campesinos", unos 5 millones de hectáreas, para llevar a cabo proyectos empresariales de petróleos y maderas, con la explotación de la palma africana.

Por su parte, Luis Torre Redondo, quien fue presidente de la Asociación de Desplazados "Asodesbol", recordó varios capítulos en el que los campesinos fueron desplazados de sus tierras, algunos en los cuales se produjeron matanzas, como en el año 2000, cuando tras una incursión de los paramilitares hubo 49 campesinos asesinados. La operación duró tres días, en los que los paramilitares emplearon "machetes, motosierras y tiros de gracia a jóvenes, niños y ancianos".

Torre Redondo manifestó que "el campesino no sabe vivir del cemento" --en alusión a la ciudad-- porque el necesita la tierra para su manutención y la economía familiar". Para él, los gobiernos colombianos siempre han violado los derechos de los campesinos, pero especialmente el actual, a cuyo presidente, Álvaro Uribe, responsabiliza del recrudecimiento de la situación.

Asimismo, agradeció el acogimiento de Gijón, a donde vino para "alejarse del miedo". Como campesinos que son, Torre Redondo aseguró que "no hacemos daño a nadie". "En Colombia cualquiera que se levanta y defienda los Derechos Humanos es víctima de muerte y persecución", sentenció.

Por otro lado, el presidente del sindicato de Salud "Anthoc", Walter Santamaría, denunció que había sido perseguido por sacar a la luz pública que parte del dinero que los países envían como donaciones para ayudas a la asistencia sanitaria en Colombia se lo quedaba el Gobierno. Debido a ello, habló de lo que él denomina "paseo de la muerte", cuando muchos niños mueren a las puertas de los hospitales a la espera de ser atendidos.

Otro de los refugiados, del cual sólo trascendió su nombre por motivos de seguridad, relató su propia experiencia al ser perseguido, capturado y torturado para obligarle a delatar a miembros de la guerrilla, a los que él aseguró que no conocía. Tras la reclusión, los militares le coaccionaron para firmar un papel en el que afirmaba que no había sufrido ningún daño durante la retención.

Por otro lado, el edil Montes Estrada recordó el paso por Gijón del refugiado Luciano Romero, quien estuvo en la ciudad dentro del programa de acogida de octubre de 2004 a abril de 2005. Romero fue asesinado a su regreso al país meses después, el 10 de septiembre.

En este sentido, Orozco explicó que los refugiados cuando regresan a su país se encuentran bajo la protección del Gobierno, quien debe decretar el "esquema de seguridad" que se debe aplicar en cada caso. Respecto a Romero, no se estimó necesario aplicar el esquema de seguridad máximo.