BOGOTÁ, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha adelantado que no autorizará la reanudación del operativo de liberación de Guillermo Solórzano y Salín Sanmiguel, secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), hasta que esté seguro de que puede llevarse a cabo con todas las garantías.
"No queremos improvisar, y tomaremos una decisión cuando estemos seguros --solo cuando estemos seguros-- de que la liberación puede llevarse a cabo", dijo Santos desde la Casa de Nariño, aunque matizó que el Gobierno continúa evaluando las alternativas para reactivar el proceso. "Estamos incluso considerando la posibilidad de hacerlo por tierra", reveló.
No obstante, el mandatario apuntó que para ello será necesario que la guerrilla actúe de acuerdo a lo pactado, ya que "cumplir con la palabra es la base de cualquier avance". Así, se refirió al fallido intento de liberación del domingo, cuando la misión humanitaria no pudo localizar a los rehenes porque las FARC entregaron unas coordenadas falsas para su recogida.
"Incumplieron con las coordenadas, incumplieron con las entregas, y propusieron a última hora --cuando ya no era posible-- realizar la entrega en un lugar que estaba fuera de las áreas previamente acordadas, algo que ni el Gobierno ni el CICR (Comité Internacional de Cruz Roja) podíamos aceptar", explicó.
En este sentido calificó de "grave" el comportamiento del grupo armado al violar los protocolos de seguridad pactados con todos los partícipes en el proceso. "No nos gusta que la buena voluntad y los recursos de los gobiernos de Brasil y de Colombia, y del CICR, sean utilizados para organizar fiestas de varias horas para 'celebrar' con los secuestradores su supuesto acto de generosidad", concluyó.
Este operativo comenzó el pasado miércoles con la liberación del concejal de San José del Guaviare (centro), Marcos Baquero, en Villavicencio, Meta (centro); a la que siguieron el viernes la de su colega de Garzón de Huila (oeste), José Armando Acuña, y la del infante de marina Henry López Martínez, en Florencia, Caquetá (sur); y el domingo la del patrullero Carlos Alberto Ocampo en Ibagué, Tolima (oeste), pese a que esta última no estaba prevista.