Actualizado 07/06/2009 21:23

Comicios en Europa sumarían más problemas a británico Brown

Por Avril Ormsby

LONDRES (Reuters/EP) - El primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, se preparaba el domingo para resultados adversos en las elecciones europeas, que acumulan más presión sobre su Gobierno después de que seis ministros renunciaron al gabinete esta semana.

Reportes de medios locales indicaron que el gobernante Partido Laborista podía salir tercero o aún cuarto en los comicios europeos, cuyos resultados serán publicados el domingo por la noche.

El pronóstico podría cumplirse tras una derrota en las elecciones internas del jueves, cuando el partido gobernante perdió el control de todos los consejos de condados locales que estaba defendiendo.

El enojo de los votantes debido a las elevadas declaraciones de gastos de miembros del Parlamento durante una de las peores recesiones en décadas podría ver a la facción de extrema derecha Partido Nacional Británico (BNP, por su sigla en inglés) ganar su primer escaño en el Parlamento europeo, dicen analistas.

Peter Hain, designado secretario de Gales en la reorganización de gabinete del viernes, dijo al canal local Sky News que el resultado sería "terrible" para todos los partidos mayoritarios.

Los laboristas podrían quedar a la zaga de los Conservadores, el antieuropeo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKip) y los Liberales Demócratas.

Se espera que los pobres resultados brinden más proyectiles a los rebeldes del Partido Laborista, que temen perder en las elecciones parlamentarias previstas para dentro de un año, a menos que el primer ministro renuncie.

Esta semana, la libra esterlina se vio afectada por las especulaciones sobre el futuro de Brown, y si el líder británico se las arregla para sobrevivir a la actual crisis parece probable que esperará el mayor tiempo posible antes de convocar a elecciones.

Sus críticos sostienen que al partido le falta una agenda política coherente y que Brown es indeciso y un pobre comunicador. Agregan que el primer ministro parece incapaz de proyectar su confianza sobre la actual situación económica a la política doméstica.