Actualizado 10/06/2009 01:18

Conflicto en Perú expone fallas de política económica

Por Marco Aquino

BAGUA GRANDE, Perú (Reuters/EP) - Potenciales y lucrativas reservas de petróleo y gas descansan en la extensa región amazónica de Perú, pero sus habitantes indígenas están furiosos por haber sido excluidos de un plan que busca sacar provecho de la selva.

Semanas de protestas de nativos amazónicos contra planes de abrir tierras comunales a perforaciones petroleras, mineras y a explotación forestal desencadenaron la semana pasada violentos choques con la policía que dejaron decenas de muertos.

Para los furiosos indígenas, que sobreviven de actividades agrícolas, los esfuerzos del presidente Alan García por dividir sus tierras en parcelas privadas para atraer inversiones extranjeras es el último desaire de una larga historia de abandono oficial.

"Vivimos en la miseria y se llevan nuestros recursos y no recibimos nada", dijo Sirilo Awachi, indígena campesino de 42 años, que vive cerca de la pobre región amazónica de Bagua Grande.

Blandiendo sus lanzas de madera y con sus caras pintadas de rojo, miles de manifestantes se enfrentaron con policías para demandar que el Gobierno derogue una ley de inversiones que consideran una amenaza porque abrirá la Amazonía a empresas mineras y energéticas extranjeras.

Líderes indígenas han afirmado que unos 40 manifestantes fueron asesinados y acusaron a la policía de dispararles desde helicópteros. El Gobierno dijo que 24 policías murieron, algunos de ellos degollados, pero ubicó la cifra de bajas entre los indígenas en nueve.

Ambos lados se han acusado mutuamente de lanzar los brutales ataques.

Las tensiones están probando el manejo de García frente a su plan para explotar la riqueza de los recursos naturales con el fin de impulsar la economía. El país sudamericano es uno de los mayores productores mundiales de minerales y es hogar de considerables reservas de crudo y gas natural.

Los disturbios también reflejaron la frustración de los pobres de que los beneficios de un reciente "boom" económico, impulsado por la industria minera, no se perciba en la mayoría del país, donde uno de cada tres peruanos vive en pobreza.

CHOZAS DE MADERA, SIN AGUA NI ENERGIA

La Amazonía de Perú es la región menos desarrollada del país, donde nativos siembran sus propios cultivos y viven en chozas de madera sin electricidad ni agua. "Nosotros los nativos no tenemos futuro. No tenemos educación, no tenemos escuelas. Somos los marginados", dijo Juan Tineo, de 30 años.

El analista político y periodista César Hildebrandt opinó que la raíz del conflicto está en una historia de gobiernos que no han dado atención a las zonas selváticas, donde vive un 10 por ciento de los casi 30 millones de peruanos.

"En Perú, a la selva siempre la hemos saqueado para la madera, el petróleo, el gas. Nunca fue seriamente considerado que estábamos en territorios habitados", explicó Hildebrandt tras agregar que el abandono ha endurecido a los grupos indígenas, que ahora forman movimientos políticos.

En la peor crisis política desde que asumió su segundo mandato en el 2006, García ha atacado a los manifestantes, a quienes llamó "terroristas" y hasta consideró obstáculos para el desarrollo económico.

García enfrentó pedidos de opositores y de sindicalistas para que renunciaran miembros de su Gabinete. Ha defendido la acción de la policía como un esfuerzo antiterrorista.

Una ministra de su gabinete renunció tras discrepar abiertamente con García sobre el manejo político de las demandas indígenas, que devinieron en los hechos de violencia luego de casi dos meses de infructuosas negociaciones.

Perú vivió una guerra civil entre las fuerzas armadas y los rebeldes de Sendero Luminoso a fines de la década de 1980 e inicios de 1990, y muchos residentes urbanos están temerosos por lo que pueda derivar de las protestas de grupos indígenas.

Asesores de García han sugerido que las protestas son respaldadas por el líder nacionalista Ollanta Humala, quien ha sido vinculado con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

García es uno de los líderes de Latinoamérica de tendencia pro-Washington y frecuentemente ha intercambiado acusaciones con Chávez, un agudo antiestadounidense.

Para Manuel Saavedra, director de la encuestadora CPI, el mandatario peruano falló al no consultar a los indígenas sobre su plan de inversiones en la selva. "En ningún momento existió el diálogo. García nunca habló suficientemente con las comunidades para vender esa idea", dijo.

Algunas de las controversiales leyes que han enojado a los nativos amazónicos fueron aprobadas el año pasado por García como parte de un marco regulatorio del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

El área total que sería concedida a multinacionales cubre más del 70 por ciento de la Amazonía peruana, según un estudio de científicos de la Universidad de Duke. Al menos 58 de las 64 hectáreas son tierras de las tribus amazónicas, afirmó.

El Gobierno ha restaurado el orden en Bagua Grande, el foco de las mortales protestas, mientras que los indígenas, que bloqueaban parcialmente carreteras en otras zonas de la selva como Yurimaguas han afirmado que mermarán sus manifestaciones.

Sin embargo, todavía no hay una solución final del conflicto porque la demanda principal que es la derogación de las leyes quedaba sin ser resuelta. "Estamos viendo que se han juntado dos extremos parecidos", afirmó Hildebrandt.