MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
Greg Abott, gobernador del estado de Texas, en el sur de Estados Unidos, ha dado marcha atrás este jueves y ha decidido congelar las medidas de desescalada ante un fuerte repunte de los casos de coronavirus.
"Lo último que queremos hacer como estado es dar marcha atrás y cerrar negocios", ha aseverado antes de señalar que "la pausa temporal en las medidas de desescalada ayudará a acorralar el virus y entrar en la primera fase de reapertura de una forma más segura".
El gobernador ha instado a todos los tejanos a "hacer todo lo que esté en su mano para ralentizar la propagación del virus haciendo uso de la mascarilla, lavándose las manos con regularidad y manteniendo una distancia de seguridad entre unos y otros".
"Cuanto más sigamos estas medidas, más seguros estaremos y antes podremos reabrir los comercios y negocios", ha afirmado, según informaciones de la cadena NBC. La decisión de Abott ha tenido lugar tras emitir una orden ejecutiva con el objetivo de aumentar el número de camas disponibles para enfermos de COVID-19 retrasando "todas las operaciones que no sean inmediatamente necesarias".
El repunte de los casos en Texas, que ha constatado 31.831 contagios y 191 fallecidos en la última semana, se produce un día después de que Estados Unidos registrara el miércoles su cuarto día con mayor número de contagios desde que comenzó la pandemia y la jornada con más infectados de los últimos dos meses. En total, el país ha alcanzado los 2,4 millones de casos con 122.481 muertos.
Si bien se ha registrado un descenso de los casos en estados como Nueva York y Nueva Jersey, que supusieron los principales focos de infección a nivel nacional, el virus se encuentra ahora desplazándose por el sur y el oeste estadounidense. Esto ha llevado a los estados de Arizona, California, Misisipi, Nevada y Texas ha registrar cifras récord de contagio.