Actualizado 08/03/2008 01:01

Crónica Colombia.- La crisis diplomática entre Colombia, Ecuador, Venezuela y Nicaragua inicia el principio del fin

Uribe, Correa, Chávez y Ortega se abrazan a petición del presidente de República Dominicana, Leonel Fernández


REPÚBLICA DOMINICANA, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

Tras una intensa jornada en que los presidentes de Colombia, Álvaro Uribe, y de Ecuador, Rafael Correa, se lanzaron todo tipo de acusaciones fuertes y, a petición del presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, anfitrión de la XX Cumbre del Grupo de Río, los mandatarios de esos dos países y de Venezuela, Hugo Chávez, y Nicaragua, Daniel Ortega, se dieron un apretón de manos para iniciar un diálogo amistoso que permita llegar a una solución política a la crisis política que comenzó el pasado sábado.

El abrazo final de Santo Domingo supone la escenificación del inicio del fin del impasse diplomático que comenzó el 1 de marzo después de la incursión del Ejército de Colombia en territorio de Ecuador, sin la autorización de éste último, y que se saldó con la muerte de 22 guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre ellos su 'número dos' y portavoz, 'Raúl Reyes'.

Finalmente Uribe declaró que por su parte estaba dispuesto a recorrer el camino de la política para superar las diferencias con Venezuela y Ecuador, lo que levantó los aplausos de las 18 delegaciones asistentes a la Cumbre del Grupo de Río, que hoy comenzó en Santo Domingo. A esa declaración de principios, Rafael Correa, respondió con su consentimiento, tras lo cual, Uribe se dirigió hasta el lugar donde se encontraba su par ecuatoriano y ambos se dieron la mano.

Después del apretón de manos de Uribe y Correa, el presidente colombiano se dirigió hacia su par venezolano, Hugo Chávez, con quien no solo estrechó su mano, sino que se dio un abrazo. Uribe hizo lo mismo cuando acudió al asiento de su par nicaragüense, Daniel Ortega.

Al término de la lectura de la declaración de la Cumbre de Río que dio por superada la crisis diplomática de la última semana, la mayor en América Latina en los últimos años, Ortega informó de su decisión de restablecer las relaciones diplomáticas después de que ayer en torno a la misma hora y en Managua anunciara la ruptura de los vínculos diplomáticos con Bogotá, ya que, consideró, que las disculpas ofrecidas por Uribe eran suficientes como para no agravar más la situación. Por último Leonel Fernández propuso que los presidentes se dieran un abrazo para poner colofón al acto y para que sirviera de descripción del propósito de superar el impasse andino.

"Y con eso, como país, quedaría superado este gravísimo incidente que tanto daño nos ha hecho", dijo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, para agregar momentos después que "el problema sigue latente".

Este broche de oro llegó después de que durante la jornada del viernes se produjera el primer encuentro entre Correa y Uribe después del incidente que esta semana llegó a encender los rumores de que podría llegarse incluso a un escenario bélico, después de que Ecuador y Venezuela rompieran relaciones con Bogotá, expulsaran a las legaciones diplomáticas de ese país en Quito y Caracas, respectivamente, y sobre todo, tras el anuncio de ambos de enviar tropas a sus fronteras con Colombia para protegerse y responder a una posible incursión colombiana en sus territorios.

Durante la XX Cumbre del Grupo de Río, cuya agenda se vio absolutamente desplazada con el objetivo de poder alcanzar una solución dialogada a la crisis diplomática andina, --a la que se había sumado el jueves Nicaragua, cuando su presidente, Daniel Ortega, anunció la ruptura de las relaciones diplomáticas con Colombia--, hoy se escucharon por las diferentes delegaciones implicadas en el asunto gravísimas acusaciones por parte de Correa y Uribe.

FUERTES ACUSACIONES MUTUAS

Lejos de rebajar el agresivo tono de sus discursos y buscar una resolución pacífica al conflicto diplomático, como pidieron algunos de los mandatarios del Grupo de Río; Colombia y Ecuador utilizaron el pleno de la Asamblea como púlpito para atacarse duramente, presentando pruebas y datos que apoyarían sus actuaciones.

Álvaro Uribe declaró en su intervención que su par ecuatoriano, Rafael Correa "habla de farsa, pero su verdad no está completa", y justificó la incursión en territorio ecuatoriano en que el Ejército colombiano no estaba "bombardeando al pueblo ecuatoriano" sino "un sitio sin población, donde se refugiaba un tenebroso grupo armado".

Ante estas afirmaciones Correa llamó a Uribe mentiroso y le advirtió de que la crisis podría llegar a tener "gravísimas consecuencias" si no se actuaba a tiempo. El mandatario ecuatoriano contraatacó con un: ¡Qué difícil es creer a alguien que ha mentido tanto!" a a acusación de su par colombiano de que tenía cartas que demostraban su relación con las FARC.

En ese sentido, Rafael Correa, rechazó la "infamia" emitida por Uribe después de que le acusara esta semana de colaborar con la citada guerrilla marxista colombiana. "En nombre de mis soldados caídos y en nombre de todo el sufrimiento de un conflicto que no es nuestro, no puedo aceptar las falacias del Presidente Uribe. Rechazo esa infamia de que el Gobierno de Rafael Correa colabora con las FARC", subrayó el mandatario.

Correa insistió en mostrar su solidaridad con el pueblo colombiano pero insistió en que "no podremos ser víctimas de un conflicto que no es nuestro, más aún cuando el propio Gobierno colombiano no quiere resolver este conflicto". Uribe, prosiguió Correa "no quiere la paz sino la guerra".

Para defenderse, el mandatario criticó incluso a sus predecesores en el cargo como jefe de Estado de Ecuador para responder a la acusación de su par colombiano, quien dijo que desde 2004 las FARC realizaron 40 ataques desde suelo ecuatoriano. "Es decir, que el Gobierno de Lucio Gutiérrez de la derecha también colaboró, el Gobierno de Alfredo Palacio de la derecha también colaboró, y el Gobierno Socialista de Rafael Correa también colaboró. Las mentiras se derrumban por sí solas señores", afirmó Correa, quien pidió a sus colegas de América Latina que no se dejaran "enredar" con falacias. "No caigamos en la trampa", acotó.

El presidente Correa acusó a Uribe de ser "el culpable" en esta situación y no "Ecuador ni los países vecinos. Es Colombia y el Gobierno de Uribe" y sobre la estabilidad en la región, Correa estimó que el primer Gobierno que debe actuar "se llama Colombia", ya que no son sus vecinos "los culpables" sino más bien las "víctimas" del conflicto.

Por último, el jefe del Ejecutivo de Quito insistió en su petición a Colombia de que reconociera abiertamente "que ha estado mintiendo" y en que se comprometiera a "no agredir nunca más a un país hermano".

Ni Uribe, ni Correa cedían en sus argumentos: Colombia afirmaba que perseguía acabar con un "tenebroso terrorista" y Ecuador denunciaba que eso no es excusa para violar su soberanía, por lo que exigió "condena" diplomática contra Bogotá.

Cuando todo parecía haber llegado al punto álgido de tensión, y como si de una discusión de familia se tratara, ante la petición del triunfador de la Cumbre del Grupo de Río, Leonel Fernández, los mandatarios latinoamericanos que han protagonizado una tensa crisis cuyas peores consecuencias finalmente no se verán, se fundieron en un abrazo para sellar la paz de la región.