Actualizado 05/01/2007 22:11

Crónica Ecuador (añadida).- Los familiares y vecinos de Carlos Alonso Palate despiden a la víctima de ETA en su pueblo

PICAIHUA, (Ecuador) 5 (EP/AP)

Las campanas de una pequeña iglesia repicaron largamente la madrugada del viernes, en el poblado andino de Picaihua, para anunciar la llegada del cadáver de Carlos Alonso Palate, una de las dos víctimas fatales del atentado de ETA en el módulo D de la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas, el pasado sábado.

En medio de la penumbra, los pobladores, en su mayoría campesinos, salieron a las calles de tierra, rodeadas de humildes casas de cemento y techos de zinc, para recibir a quien había dejado su pueblo natal en el 2002, en busca de trabajo y mejores días en España.

"Yo no te crié para encontrarte así", decía su anciana madre Basilea Sailema, quien lloraba amargamente mientras una psicóloga española trataba de calmarla. La mujer padece graves problemas de visión.

El féretro del primero de sus cuatro hijos llegó a Picaihua, a unos 230 kilómetros al sur de Quito, y fue llevado por las pequeñas calles para finalmente ser ubicado en la casa de Sailema donde es velado.

Sailema, con un sombrero, una falda y un poncho, siguió descalza el ataúd de su hijo, de 35 años, mientras en una suerte de rezo-cántico lamentaba su muerte y recordaba la última vez que conversó por teléfono con Palate, dos días antes del atentado terrorista de ETA en el aeropuerto de Barajas.

Las escenas de dolor y consternación de los familiares se podían observar en varios rincones.

El ataúd, que era llevado en hombros cubierto con la bandera del equipo local de fútbol favorito de Palate, El Nacional, siempre estuvo rodeado de decenas de amigos, familiares y vecinos.

Al velatorio instalado en la humilde casa de los Palate llegaron decenas de personas que hacían fila para expresar condolencias a la familia y mirar el féretro. La pequeña habitación atestada de gente, también estaba llena de arreglos florales y velas encendidas.

Un avión de la fuerza aérea española llegó desde Madrid a Quito a las 00.10 hora local con el cadáver de Palate, 13 familiares, la Secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, entre otras autoridades españolas y tres psicólogas. Luego por vía terrestre, una caravana de vehículos los trasladó hasta Picaihua.

"Hemos venido a acompañarlo para expresar de esta manera el apoyo, el respaldo, pero sobre todo el afecto del Gobierno español" a los familiares y amigos de la víctima, señaló a su arribo, Trinidad Jiménez, en una improvisada rueda de prensa en las instalaciones de la base aérea de Quito.

Visiblemente cansado y consternado, Luis Antonio Palate, tío de la víctima, fue el único familiar que dio declaraciones a la prensa en Quito. Agradeció a las autoridades y pueblo de Ecuador y España por el respaldo recibido.

Contó que los familiares que viajaban en el avión acompañando el cadáver residían desde hace años en Valencia, al igual que el ecuatoriano fallecido a quien el atentado sorprendió al parecer dormido en su automóvil aparcado en la terminal 4 del aeropuerto de Barajas. Sólo uno de los viajeros, su hermano Jaime, vivía en Ecuador.

"Era el único sustento del hogar, para su madre, dos hermanos y dos sobrinos" de una familia humilde que viven en Picaihua.

"Fue por superarse, por salir adelante y le encontró la muerte", afirmó, Luis Patate, primo del fallecido, de 17 años.

Agregó que una vez se cumpla el funeral respectivo, los familiares regresarán España y no descartó que los miembros de la familia de Palate que residen en Ecuador se acojan a la propuesta española de recibir la nacionalidad española y ayuda en ese país.

El cuerpo de otro ecuatoriano fallecido el el atentado perpetrado por la banda terrorista, Diego Armando Estacio, de 19 años, que hasta el jueves estaba desaparecido, está siendo recuperado en estos momentos por los bomberos españoles. La recuperación del cadáver según los encargados de recuperar el cuerpo podría prolongarse durante otras 10 o 12 horas.