Actualizado 22/03/2006 14:27

Crónica Haití.- UNICEF cree que el nuevo Gobierno ofrece "una ventana de oportunidad" para Haití y en especial los niños

La tasa de mortalidad infantil en Haití es una de las mayores del mundo y su sistema educativo de los más caros


MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -

El representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Haití, Adriano González-Regueral, consideró hoy en Madrid que la reciente elección de René Preval como nuevo presidente del país caribeño abre una "ventana de oportunidad" para los haitianos y en especial para los niños, cuya tasa de mortalidad es la más alta de América y una de las peores a nivel mundial. Asimismo, durante la presentación del informe 'La infancia en peligro: Haití', instó a la comunidad internacional a mantener su apoyo y a prestar ayuda financiera al país para que pueda salir de la situación actual.

En Haití hay en estos momentos "una ventana de oportunidad por la que tenemos que entrar y dar respuestas ya", afirmó González-Regueral, subrayando que la elección del ex presidente Preval supone una "tregua" para el país que podría verse nuevamente sumido en la espiral de violencia en que ha vivido en los últimos años "dependiendo de la respuesta que se dé en materia de salud, de educación, de empleo".

Según el responsable de UNICEF, toda la ONU, pero también los países donantes, están trabajando para lograr estos objetivos, por eso, dijo, "si se logran los recursos la tregua se podría mantener". Para ello, es necesario que la comunidad internacional mantenga su atención e interés a "largo plazo" hacia este país. No obstante, admitió que actualmente se vive un "compás de espera" hasta que Preval asuma su cargo el próximo 28 de abril e instale al nuevo Gobierno.

En Haití, según González-Regueral, "los índices se han ido deteriorando" hasta alcanzar en algunos casos índices peores a los de algunos países del Africa Subsahariana. El país cuenta con la tasa de mortalidad infantil más alta de América Latina y el Caribe --casi una de cada cuatro muertes-- pese a que su tasa de natalidad sólo representa el 2% del total de nacimientos en esta región. Además, uno de cada catorce recién nacidos no logra alcanzar el año de edad, según los datos de UNICEF.

Para paliar esta situación es muy importante que se proceda a la inmunización generalizada de los menores. Actualmente, sólo el 54% de los menores de un año son vacunados contra el sarampión, frente al 90% en el resto de América Latina o el 66% en el Africa Subsahariana. Otro problema acuciante que padecen los menores haitianos es el de la desnutrición, al que se suma la mala calidad del agua que consumen y que merma su desarrollo y puede llegar a causar un déficit intelectual y físico para el resto de sus vidas.

IMPACTO DEL SIDA

Asimismo, en Haití "el sida tiene un impacto muy alto" entre la población, sobre todo en las "zonas sin ley" donde impera la violencia, al igual que entre los miles de menores que viven en las calles, algunos de ellos porque han perdido a sus padres a causa de esta enfermedad. Así, según González-Regueral, se calcula que un 30% de los niños que viven en las calles son seropositivo.

Muchos de estos niños forman parte de bandas armadas que suelen recurrir con frecuencia a las violaciones como método de venganza, "incluso a niñas menores de 8 años", denunció. A esto se une el que de los 15.000 niños seropositivos que se calcula que hay en el país, unos 5.000 necesitarían tratamiento al año pero sólo 300 lo reciben, según González-Regueral.

La pobreza es otra de las lacras que padecen los haitianos. La falta de recursos impide que muchos padres envíen a sus hijos a la escuela, que en este país es mayoritariamente de pago. Así, sólo el 55% de los niños y niñas en edad escolar primaria reciben educación, de los que sólo el 2% terminan la escuela secundaria. Según datos de UNICEF, sólo una tercera parte de los jóvenes de entre 15 y 24 años saben leer y escribir. Según el representante de la agencia de la ONU, Haití es con toda probabilidad "el país donde los padres pagan más porque los hijos vayan a la escuela" y ello pese a que el sistema educativo no es de calidad.

Según el informe, "la pobreza, la indigencia y la violencia facilitan las condiciones para que los niños y niñas se vuelvan excluidos e invisibles: explotados, abandonados, víctimas de la trata y el abuso". Es a esta "infancia invisible" a la que según González-Regueral hay que tratar de llegar. En Haití, un 18% de los menores de 18 años son huérfanos.

Muchos de ellos terminan trabajando en el servicio doméstico pero otros son empujados por su familia a ello ante la desesperación por no poder mantenerlos. Se calcula que en el país hay más de 300.000 trabajadores domésticos, a los que se conoce como 'restaveks', que son explotados, apenas reciben alimentos y no tienen acceso a la educación. Además, se calcula que unos 2.000 niños son víctimas cada año del tráfico de seres humanos con destino a la vecina República Dominicana. En algunos casos, son sus propios padres los que dan dinero para que les lleven a otro país, donde esperan que tengan una mejor vida, según González-Regueral.

ESPERANZA DEL NUEVO GOBIERNO

En opinión del representante de UNICEF en Haití, el Programa Político para la Infancia que se propone promover el presidente electo ayudará a mejorar la situación de los niños haitianos. Para UNICEF, este documento es "una hoja de ruta para el desarrollo y la protección de la infancia" ya que establece "prioridades para mejorar la salud y la educación del niño y de la madre, reducir el VHI/sida y proteger a la niñez contra el abuso, la explotación y la violencia".

Pero para ello, insistió el representante español, "hace falta inversión, es necesario tener fondos, ya que sino es difícil que un Gobierno como el haitiano, que tiene un presupuesto de unos 820 millones de euros al año pueda hacer frente a los desafíos". En este sentido, recordó a los países donantes "los compromisos" realizados en el pasado.

En cuanto al ambiente que se respira entre los haitianos, consideró que la "participación masiva en las elecciones presidenciales" suponen una "nota de esperanza" y demuestran la "confianza en que se pueden cambiar las cosas en el país". Además, destacó "la fuerza del pueblo haitiano" que "quiere la paz, quiere el cambio y tiene una esperanza muy fuerte". Por último, hizo un llamamiento a la importante diáspora haitiana para que regresen a su país y "ayuden en su renacimiento".

Por otra parte, destacó la "labor ingrata" que las fuerzas de mantenimiento de paz de la ONU, incluidas las españolas, han tenido que realizar en Haití pero que era necesaria, sobre todo de cara a garantizar la seguridad durante la celebración de las elecciones. No quiso entrar a valorar la retirada de las tropas españolas, "que serán reemplazadas" por otras, pero recordó que España se ha comprometido a "aumentar el número policías y guardias civiles".