Actualizado 11/06/2007 20:45

Crónica Honduras.- El Gobierno hondureño "no hace nada" para combatir la corrupción, según un estudio de USAID

En nivel de credibilidad, los partidos políticos ocupan el último lugar y la iglesia y los medios de comunicación son los más creíbles


TEGUCIGALPA, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -

Honduras es percibido, por extranjeros y nacionales, como un país con un nivel de corrupción relativamente alto y el Gobierno "no hace nada" para combatirla, según se desprende de un estudio de cultura política de la democracia en el país, elaborado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Entre los hondureños, más de la mitad de los entrevistados en 2006, durante el primer año de gobierno de Manuel Zelaya Rosales, por el Proyecto de Opinión Pública en América Latina (LAPOP), perciben que la corrupción en el país está muy generalizada y que el Gobierno hace nada o casi nada para combatirla.

Si sólo existieran 10 países en el mundo Honduras sería el tercero más corrupto, según el informe, que surge en momentos en que el Gobierno está asediado por denuncias de corrupción en instituciones públicas como la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel), el Patronato Nacional de la Infancia (Pani) y el Fondo Vial.

Según el estudio, estas percepciones son afectadas muy poco por variables como la identidad partidista y la atención a noticias por los medios de comunicación. "Aún más preocupante es que estas percepciones negativas se han generalizado más durante los últimos dos años de la actual gestión", añade USAID.

Los investigadores del citado informe, publicado por la prensa local y recogido por Europa Press, determinaron que en Honduras existen básicamente dos esferas de corrupción: la 'secreta', en la que están involucrados altos funcionarios, y la 'pública', en la que están implicados empleados del Estado de bajo rango,

Las preguntas en las que se basó la encuestan fueron dos: ¿Cuánta corrupción percibe el ciudadano común en Honduras? y ¿Creen los hondureños que el Gobierno trata de combatir la corrupción?, dos interrogantes que tratan de medir la percepción de la corrupción y el grado en que el Gobierno hondureño combate ese flagelo.

Con respecto a la percepción de corrupción en los funcionarios públicos, la mayoría de los encuestados consideraron que la corrupción está muy generalizada en la administración pública y en sus funcionarios (56.3 %), algo generalizada (28.8 %) poco generalizada (12.9 %) o nada generalizada (2%).

Llama la atención del estudio el hecho que la percepción del grado de corrupción es igualmente alta en todo el país, independientemente del grado de urbanidad, región o departamentos del país, así como del sexo, nivel de ingreso o educación, o aún simpatías partidistas.

La única diferencia significativa es que la percepción de corrupción aumenta a medida que las personas reciben más noticias por los medios de comunicación (radio, TV, periódicos y/o internet). Sin embargo, las personas que reciben nada o pocas noticias perciben que la corrupción esta bastante generalizada.

La investigación establece que la percepción de que el Gobierno combate poco la corrupción está también generalizada entre los hondureños y el grado de percepción de que combate la corrupción no difiere significativamente entre sexos, niveles de educación o ingreso, región del país.

Las licitaciones para la construcción de carreteras es donde más irregularidades se denuncian. Los simpatizantes entrevistados del Partido Liberal tienden a percibir niveles de combate a la corrupción más altos que los simpatizantes del PN y de los que no simpatizan con partido alguno.

En cuanto a la victimización por la corrupción, el estudio detalla que la mayoría de las víctimas reportaron la policía, municipalidades y juzgados como principales fuentes de sobornos, por encima de otras entidades públicas. Los más expuestos a ser víctimas de la corrupción fueron los hombres, los que tienen mayores niveles de riqueza, y las personas que residen en Tegucigalpa y otras ciudades grandes.

Además de afectar la eficiencia y equidad de las acciones del Estado, la victimización por la corrupción también afecta de manera significativa el apoyo de los hondureños hacia su sistema político. Así, el nivel de victimización por crimen ha aumentado en Honduras en los dos últimos años y eso hace que Honduras se ubique dentro del grupo de países con niveles más elevados delincuencia.

Las personas que viven en las zonas urbanas y en grandes ciudades están más expuestas a la violencia que el resto de los ciudadanos; pero sobre todo aquellos que viven en barrios en donde se encuentran ventas de drogas, en donde prevalecen las pandillas y en donde predominan policías involucrados en hechos delictivos.

La mayoría de los ciudadanos que son víctimas del crimen no denuncia los hechos, fundamentalmente porque no están convencidos de que ello ayude a resolverlos y la mayoría de ciudadanos no cree que el sistema de justicia castigaría a los culpables de los delitos, añade el citado informe.

Los datos de la encuesta revelan, además, que el nivel de simpatía con los partidos políticos ha disminuido drásticamente durante los últimos cinco años en Honduras, es decir, que su nivel de credibilidad ha caído drásticamente, lo que es preocupante por su relación con la democracia.

Este fenómeno es importante porque las personas que reportaron no simpatizar con algún partido tienden a tener un nivel más bajo de confianza en las elecciones y, por lo tanto, a tener niveles más bajos de registro para votar y niveles más altos de abstencionismo electoral o de votos nulos o blancos.

Los resultados muestran que los hondureños tienen más confianza precisamente en las dos instituciones o instancias que no pertenecen al ámbito público. La iglesia obtiene los mayores niveles de confianza ciudadana (promedio de 67,8 por ciento), seguida muy de cerca de los medios de comunicación (66,2 por ciento).

A éstas les siguen las Fuerzas Armadas (59 por ciento), que se ubicaría como la institución estatal que recibe el mayor nivel de confianza ciudadana; seguida de las municipalidades (54,4%)_las cuales, en esencia, no han modificado su posición con respecto a 2004; el gobierno central (51,1%) y la policía (50,1%).

El Congreso Nacional, el Ministerio Público y la Procuraduría General de la República figuran como las siguientes instituciones en el ranking de confianza ciudadana y que las sitúa hacia la mitad del grupo; mientras el Tribunal Electoral, la Corte Suprema y el Tribunal Superior de Cuentas, figuran en la parte baja de la lista.

Las instituciones que puntúan más bajo en la escala de confianza institucional son las elecciones, con el 39,6%; el Consejo Nacional Anticorrupción, con el 36,6%; y los partidos políticos, que a pesar de su larga tradición en Honduras -o probablemente precisamente por ella-, obtienen el menor nivel posible desconfianza ciudadana, 35,8%.