Actualizado 29/12/2009 20:20

Crónica Irán.- Ahmadineyad tacha las manifestaciones de "mascarada nauseabunda" apoyada desde el extranjero

Representantes de las autoridades piden que se castigue duramente a los responsables de las protestas


MADRID, 29 Dic. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, denunció hoy que las manifestaciones de la oposición del pasado domingo fueron una "mascarada nauseabunda" apoyada desde el extranjero, mientras que la Guardia Revolucionaria ha acusado a los medios de comunicación extranjeros de hacer la "guerra psicológica" para derribar al régimen islámico. Entretanto, el principal partido reformista, el Frente de Participación Islámica de Irán, defendió que "la única salida" a la crisis es que las autoridades "respeten la ley y pidan perdón a la nación".

Según la agencia de noticias estatal IRNA, Ahmadineyad afirmó que "la nación iraní ya ha visto muchas mascaradas como ésta" --en referencia a las recientes manifestaciones--, que "los sionistas y los americanos han organizado, para la que han comprado una entrada y de la que son los únicos espectadores". Éstas son las primeras declaraciones públicas del presidente iraní desde las protestas del domingo.

La Guardia Revolucionaria, por su parte, acusó a los medios de comunicación extranjeros de hacer la "guerra psicológica" y advirtió de que sus "intentos de derribar al sistema no van a llegar a ninguna parte", según un comunicado difundido hoy por la agencia oficial estudiantil de noticias, ISNA.

"Los organizadores de los disturbios van a pagar pronto el precio por su insolencia", prosigue el texto. "La oposición, que ha unido sus manos con los medios de comunicación internacionales, cuenta con el apoyo de los enemigos extranjeros", añade.

En el otro extremo, el Frente de Participación Islámica de Irán opinó en un comunicado difundido por la página web reformista Norooz que "la única salida a la actual crisis es que las autoridades respeten la ley y pidan perdón a la nación".

QUE SEAN CASTIGADOS

Decenas de miles de partidarios del Gobierno tomaron este martes las calles en distintas ciudades de Irán para reclamar que se castigue a los dirigentes de la oposición, a los que acusan de fomentar los disturbios que se han producido desde las elecciones presidenciales del pasado mes de junio, según indicaron los medios de comunicación estatales. Asimismo, la página web opositora 'Jaras' informó de enfrentamientos en una universidad de Teherán y en la ciudad de Shiraz (centro) entre estudiantes y fuerzas de seguridad.

Un representante del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, declaró hoy que "quienes están detrás de la actual sedición" son "enemigos de Dios" y que la 'sharia' o ley islámica es "muy clara" respecto a cómo deben ser castigados. La 'sharia' iraní establece que los enemigos de Dios deben ser ejecutados.

En la misma línea, el presidente del Parlamento, Alí Lariyani, aseguró en un comunicado leído en televisión que el poder legislativo quiere que el poder judicial y los servicios de inteligencia "detengan a quienes han insultado la religión y les impongan el máximo castigo sin reservas".

Los diputados acusan a los manifestantes de ir "contra la religión" y de ser "antirrevolucionarios", declaró. "Esperamos que estos caballeros que tenían quejas sobre las elecciones se despierten y separen sus caminos de este malvado movimiento, en lugar de salir y hacer declaraciones de nuevo, enturbiando más aún el ambiente", dijo en alusión a los candidatos presidenciales derrotados por Mahmud Ahmadineyad en las elecciones del pasado junio.

SIETE MUERTOS EN TEHERÁN

El pasado domingo, las fuerzas de seguridad reprimieron las manifestaciones que, con motivo de la celebración religiosa chií de la Ashura, organizó la oposición en varios puntos del país. Según 'Jaras', el domingo fueron arrestados más de 900 manifestantes en Teherán y en Isfahan, aunque la Policía dice que en la capital se detuvo a 300 personas.

Entre los detenidos desde el domingo figuran al menos 20 líderes de la oposición, incluidos tres altos colaboradores del ex candidato presidencial Mir Hossein Musavi, su cuñado y una hermana de la premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi, según informaron las páginas de Internet y la propia Ebadi.

Según el fiscal general de Teherán, Abbas Jafari Dolatabadi, en los incidentes violentos del domingo perdieron la vida en la capital siete personas. El Consejo Supremo de Seguridad Nacional dijo ayer que en todo el país murieron ocho.

El fiscal señaló que una de esas personas --cuya identidad no identificó-- murió por heridas de bala y que, dado que la Policía mantiene que no disparó en ningún momento, se está investigando los hechos. Las otras seis, dijo, fallecieron al ser golpeadas por objetos contundentes.

La Policía precisó en un comunicado recogido por la agencia de noticias Mehr que Alí Musavi, sobrino del líder opositor y una de las víctimas mortales, falleció como consecuencia de los disparos efectuados por un desconocido desde un coche en Teherán, en un lugar alejado de donde se estaban produciendo los disturbios.

En la nota también se mencionan las circunstancias de otros fallecimientos ocurridos el domingo. Así, la Policía indicó que dos personas murieron en el hospital tras atacar a agentes con objetos contundentes, otra se cayó desde un puente, otras dos murieron en un accidente de tráfico en la zona donde se llevaron a cabo las protestas y a otra la mataron con un cuchillo. Por último, la muerte de una séptima persona cuyo cadáver fue hallado por policías cerca del lugar de los disturbios no está relacionada con los mismos, añadió.

"VERGONZOSOS COMENTARIOS" DE EEUU Y REINO UNIDO

Por otro lado, Lariyani condenó ante el Parlamento las reacciones de Estados Unidos y Reino Unido a los disturbios, aunque afirmó que no sorprenden a la República Islámica, y acusó a estos países de organizar estos sucesos "sacrílegos".

El presidente estadounidense, Barack Obama, condenó ayer "firmemente la violencia y la represión injusta contra los ciudadanos iraníes" y criticó la decisión de sus dirigentes de "gobernar a través del miedo y de la tiranía". Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, criticó la "falta de moderación" de las fuerzas de seguridad en un día de conmemoración y reflexión religiosa y dijo que el hecho de que se hayan producido varias muertes "nos recuerda una vez más cómo actúa el régimen iraní ante las manifestaciones".

El presidente del Parlamento iraní opinó que "los vergonzosos comentarios" de las autoridades estadounidenses y británicas sobre "los sacrílegos sucesos de la Ashura" son "tan asquerosamente vívidos que dejan claro dónde se sitúa este movimiento en lo que se refiere a la destrucción de los valores religiosos y revolucionarios".

A juicio de Lariyani, la defensa de los manifestantes por parte de Obama evita "interpretaciones ingenuas" sobre un posible cambio en la política estadounidense. "El comportamiento de Washington durante los últimos meses no era más que un intento oportunista de perjudicar el interés nacional de los musulmanes iraníes", criticó el diputado, que censuró además la "infantil intromisión" de Estados Unidos en los asuntos internos de Irán y sus "gestos hipócritas en la cuestión nuclear".

Pero el principal choque que se produjo hoy fue entre Teherán y Londres, ya que el Gobierno iraní convocó al embajador británico, Simon Gass. La noticia la dio en una rueda de prensa el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Manuchehr Mottaki, quien amenazó a Reino Unido con darle un "cachete en los morros" si no deja de "decir insensateces" al entrometerse en los asuntos internos de Irán.

Tras la reunión, el Ministerio de Exteriores británico aseveró que el embajador respondió con "firmeza" a las críticas vertidas contra el comunicado emitido por el Gobierno británico en el que se insta a la República Islámica a respetar los Derechos Humanos de los ciudadanos iraníes. En este sentido, Gass reiteró la postura de Londres respecto a este tema.