Actualizado 12/08/2015 10:50

La disidencia cubana se une para afrontar el nuevo contexto político

MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -

   La disidencia cubana se ha unido en la Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD) para hacer frente al nuevo escenario político que se plantea en el interior de la isla caribeña y en sus relaciones con el mundo a raíz del deshielo con Estados Unidos.

   La MUAD nació el lunes en La Habana vieja en una reunión de una veintena de miembros de los muchos grupos en los que se organiza la llamada "sociedad civil independiente", como gusta en llamarse la oposición al 'castrismo'.

   "La MUAD es una concertación política que nace desde la pluralidad de ideologías, asume la tensión, las distintas visiones y las posiciones de sus diversos debates y se concentra en los desafíos acumulados y en los desafíos que vienen, no en los desafíos resueltos", ha explicado.

   El objetivo de la coalición opositora es "trabajar en un nuevo contexto en el que el diálogo y la diplomacia se revelan como las herramientas por excelencia para la resolución pacífica y civilizada de los conflictos".

   La excusa para la creación de la MUAD es que "el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba toca a su fin (...) y la Guerra Fría termina así en nuestro hemisferio, pero de un modo controversial".

   "No solo por las discusiones que ha motivado, sino por los desafíos pendientes para la nación y sociedad cubanas, donde aún no se respetan los derechos fundamentales y donde la posibilidad de los ciudadanos de decidir libremente su opción política es criminalizada", ha recordado.

   Para revertir la situación, la MUAD aboga por "una reforma política y cívica que devuelva el país a los ciudadanos" y que pasa necesariamente por un "diálogo nacional" y la celebración de un plebiscito "que permita decidir la legitimidad de los procesos políticos en Cuba".

   Como primeras medidas señala "la liberación incondicional de los presos injustamente encarcelados, que incluye a los presos políticos y de conciencia", que la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) cifra en un centenar.

   También reclama de forma inmediata "una reforma migratoria que elimine los obstáculos para el libre movimiento de los cubanos y que permita a los compatriotas en la diáspora entrar, residir y salir libremente del país sin condicionamiento de tipo alguno".

   Igualmente demanda "una reforma económica que dé a los cubanos dondequiera que estén plenos derechos de propiedad y de inversión, eliminando los privilegios que favorecen a los extranjeros, a la cúpula del poder y a sus familiares".

   Todas estas iniciativas --defiende la MUAD-- son parte del "proceso de normalización democrática de Cuba" que "está en sintonía" con el acercamiento institucional entre el Gobierno de Raúl Castro y Estados Unidos y la UE.

   "A partir de estas nuevas realidades la movilización por la democracia en Cuba se enfrenta a nuevos retos, pero el futuro depende de la voluntad política de todos los cubanos, incluyendo a los miembros del Gobierno", ha esgrimido. "El desafío político está abierto", ha proclamado.