WASHINGTON, 21 Nov. (Reuters/EP) -
Un antiguo miembro del Departamento de Estado norteamericano y su esposa se declararon este viernes culpables de pasar información clasificada durante más de tres décadas al Gobierno de Cuba, lo que obligará al imputado, Kendall Myers, de 72 años, a pasar lo que le queda de vida en prisión.
Kendall Myers, conocido como el Agente 202, tenía acceso a información de alto secreto y con la ayuda de su mujer, Gwendolyn, la entregó a las autoridades comunistas. Como ejemplo de estas buenas relaciones, se reunieron en 1995 con el entonces presidente cubano, Fidel Castro.
El antiguo empleado de la máxima oficina de la diplomacia estadounidense se mostró de acuerdo con la cadena perpetua, mientras que su esposa pasará como máximo siete años y medio en la cárcel, según informó el Departamento de Justicia. Además, ambos deberán abonar una multa de 1,7 millones de dólares (1,1 millones de euros) que serán abonados principalmente con propiedades, como un apartamento en Washington, un yate, un coche y cuentas de inversión en distintas entidades financieras.
El fiscal general para la seguridad nacional, David Kris, explicó en un comunicado que la pareja "traicionó la confianza de Estados Unidos proporcionando de forma encubierta información de defensa nacional clasificada al Gobierno cubano".
CAPTADO HACE TRES DÉCADAS
Kendall Myers comenzó a trabajar para el Instituto de Servicio Exterior como administrativo en agosto de 1977 y permaneció en ese puesto hasta marzo de 1979. Durante ese periodo, pasó dos semanas en Cuba tras recibir una invitación de un representante del Gobierno cubano que trabajaba, además, para los servicios de inteligencia isleños.
Este oficial cubano visitó a la pareja cuando vivía en Dakota del Sur y les reclutó para efectuar labores de espionaje, según recogen los documentos de la fase de instrucción.
En 1981, regresaron a Washington y el régimen cubano pidió a Kendall Myers que se instalase en la CIA. Sin embargo, el norteamericano declinó esta posibilidad y se presentó a un puesto en el Departamento de Estado, donde no tenía que pasar por un detector de mentiras.
Desde 1985 el espía confeso tenía acceso a información clasificada que utilizó hasta el momento de su retirada, en 2007. Fue detenido finalmente en junio de este año.