Actualizado 23/09/2010 22:03

Cuba/EEUU.- Cuba autoriza un encuentro entre el contratista estadounidense detenido por espionaje y su mujer


LA HABANA, 23 Sep. (Reuters/EP) -

Las autoridades cubanas autorizaron a la mujer de un contratista estadounidense detenido en Cuba como sospechoso de espionaje que le visitara el mes pasado, según han dicho esta semana fuentes cercanas al caso.

Hay pocos detalles disponibles sobre el encuentro entre Alan Gross y su esposa, Judy, que se produjo a mediados de agosto. Falta aclarar si el caso que ha complicado últimamente las relaciones entre Estados Unidos y Cuba estaría cerca de su resolución.

El viaje de Judy Gross fue organizado con ayuda de la Iglesia Católica cubana, cuyo líder, el cardenal Jaime Ortega, visitó recientemente Washington, donde se reunió con miembros de la Administración del presidente Barack Obama, indicaron las fuentes, que pidieron no ser identificadas.

La pareja pasó un tiempo en la playa, según los testimonios sobre este primer encuentro desde que él fuera detenido en el aeropuerto de La Habana a principios de diciembre. Gross, de 61 años, a quien las autoridades cubanas no han acusado formalmente, trabajaba para una empresa del área de Washington contratada bajo un programa financiado por Estados Unidos para promover la democracia en Cuba.

Las autoridades cubanas, incluido el presidente Raúl Castro, aseguran que el estadounidense ha distribuido equipos de comunicaciones vía satélite entre los opositores y le acusan de espionaje. Washington niega que el detenido sea un espía, aunque reconoce que entró en la isla con un visado de turista sin declarar sus intenciones.

Un portavoz de la Iglesia Católica de cuba ha rechazado hacer comentarios sobre la visita de Judy Gross, mientras una portavoz de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana ha remitido a la familia de Gross y a sus abogados, que no han sido localizados. El Gobierno cubano, que previamente dijo que sigue investigando a Gross, tampoco ha hecho ningún comentario.

IMPEDIMENTO PARA MEJORAR LAS RELACIONES

La detención de Gross interrumpió el tímido acercamiento diplomático entre Estados Unidos y Cuba. Las autoridades estadounidenses aplazaron cualquier iniciativa importante con respecto a La Habana mientras éste permanezca detenido.

Antes de eso, Obama había dado pequeños pasos para aliviar el embargo comercial de Estados Unidos sobre Cuba, al tiempo que seguía insistiendo en que el embargo permanecería hasta que la situación de los Derechos Humanos y de los presos políticos mejorase en la isla.

Washington desmintió los rumores sobre que los dos gobiernos podrían considerar un intercambio de prisioneros, en el que estarían implicados Gross y cinco agentes de inteligencia cubanos que permanecen encarcelados en Estados Unidos desde 1998.

Los agentes, conocidos como 'Los Cinco', fueron condenados a largas penas de prisión por su implicación en el derribo por parte del Ejército cubano, en 1996, de dos pequeños aviones pilotados por miembros del grupo anticastrista Hermanos al Rescate, establecido en Florida. Los cuatro hombres que viajaban en los aviones, que sobrevolaron La Habana y lanzaron panfletos contra el régimen, murieron.

José Pertierra, un abogado establecido en Estados Unidos que mantiene lazos estrechos con Cuba, considera poco probable que Gross sea liberado pronto sin que Cuba reciba nada a cambio. Los cubanos buscarían la liberación de 'Los Cinco' y el cese de los programas para promover la democracia, como con el Gross viajó a la isla, ha dicho.

"Desde la perspectiva de Cuba, éste estaba violando las leyes cubanas y formaba parte de una guerra de Estados Unidos contra Cuba, por lo que tiene todas las razones para mantenerle en la cárcel", ha declarado Pertierra a Reuters.

También acusó al Gobierno de Estados Unidos de aplicar un "castigo cruel e inusual" porque, mientras Cuba ha permitido que Judy Gross visitara a Alan Gross, Estados Unidos nunca ha dejado que las mujeres de dos de los agentes cubanos visiten a sus maridos en prisión. Las autoridades estadounidenses justifican que las mujeres también estaban implicadas en los servicios de espionaje cubanos.