Actualizado 11/04/2014 23:28

Gross pone fin a la huelga de hambre

Contratista estadounidense Alan Gross
Foto: HO NEW / REUTERS

MADRID, 11 Abr. (Notimérica/EP) -

   El contratista estadounidense Alan Gross, condenado en Cuba por vender equipos de telecomunicaciones, ha puesto fin a la huelga de hambre que comenzó la semana pasada para forzar a Washington y a La Habana a llegar a un acuerdo que lleve a su liberación.

   Gross ha explicado a su abogado, Scott Gilbert, que ha decidido acabar con su ayuno voluntario atendiendo a los llamamientos de sus familiares y amigos, que están preocupados por su cada vez más deteriorado estado de salud.

   No obstante, ha aclarado que buscará otras formas de protesta. "No habría más motivo para continuar con la protesta si ambos gobiernos mostraran más preocupación por los seres humanos y menos malicia", ha dicho Gross, de acuerdo con un comunicado, recogido por CNN.

   El contratista estadounidense comenzó su huelga de hambre el pasado 3 de abril, según aclaró en otro comunicado difundido por Gilbert, "por el trato al que está sometido por los gobiernos" de Washington y La Habana.

   "Estoy ayunando para objetar las falsedades y la inacción de ambos gobiernos, no sólo en relación a su responsabilidad compartida por mi detención arbitraria, sino también por la falta de cualquier esfuerzo razonable o válido para resolver la situación", dijo.

   Además, indicó que el intento de Estados Unidos de crear, a través de su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), una red social parecida a Twitter para favorecer la comunicación entre los cubanos, "ha sido la gota que colmó el vaso".

   Gross consideró que el hecho de que la USAID haya admitido la autoría de este proyecto pone en riesgo su vida, ya que, de acuerdo con fuentes citadas por la prensa estadounidense, el objetivo real de esta red social sería derrocar al Gobierno de Raúl Castro.

VOLUNTAD CUBANA

   Tras el anuncio del contratista estadounidense, el Gobierno cubano reiteró "su disposición a buscar, de conjunto con el Gobierno norteamericano, una solución al caso del señor Gross, aceptable para ambas partes".

   Si bien, el régimen 'castristas' insistió en que dicha solución debe contemplar "las preocupaciones humanitarias de Cuba relacionadas con el caso de los tres cubanos del grupo de 'los cinco', que continúan injustamente encarcelados en Estados Unidos por más de 15 años".

   Gross, que perdió 50 kilos de peso en la cárcel, antes de iniciar su huelga de hambre, está confinado 23 horas en una pequeña celda que comparte con otros dos presos y en la que las luces permanecen encendidas todo el día.

CASO GROSS

   Gross, de 64 años de edad, fue detenido en diciembre de 2009 en La Habana cuando estaba trabajando para la USAID con el fin de facilitar el acceso a Internet a la comunidad judía en Cuba introduciendo equipos de comunicación satelital, prohibidos en la isla caribeña.

   Tras permanecer dos años en prisión preventiva, en marzo de
2011 fue condenado a 15 años de cárcel por llevar a cabo "actos
contra la independencia o la integridad del Estado cubano".

   Desde entonces, Estados Unidos ha solicitado insistentemente a
Cuba que libere a Gross por razones humanitarias, ya que, según
argumenta, se encuentra gravemente enfermo. "Creo que no sobrevivirá a esta terrible experiencia", ha dicho su mujer, Judy.

   Las autoridades cubanas han rechazado estas acusaciones, aseverando que el estado de salud del contratista estadounidense es "normal" y que "realiza regularmente intensos ejercicios físicos" para mantenerse en forma.

   Las posibilidad del diálogo bilateral permanece en el aire, principalmente, porque La Habana pretende llevar a la mesa de negociaciones el caso de los cinco agentes de los servicios de Inteligencia detenidos en 1998 en el país norteamericano y condenados en 2001 por espionaje, para proponer un canje de presos.

   'Los cinco' son considerados unos héroes en Cuba porque se les atribuye la infiltración en redes terroristas cubano-estadounidenses para evitar atentados en la isla caribeña, sin embargo, en Estados Unidos son considerados espías que pretendían atentar en suelo norteamericano.

   El caso Gross puso fin a un breve periodo de distensión en las relaciones bilaterales, propiciado por la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, que flexibilizó el embargo comercial impuesto a la isla desde hace más de medio siglo al permitir que los cubano-estadounidenses puedan viajar libremente y enviar remesas a su país.