Actualizado 09/03/2010 00:41

Cuba.- Empeora la salud del preso político Sigler Amaya quien permanece ingresado desde hace seis meses en La Habana

La familia pide a Moratinos que "limpie su imagen" ante la disidencia y medie para la liberación de los presos enfermos


MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

El estado de salud del preso político Ariel Sigler Amaya ha empeorado en las últimas semanas, pese a que fue ingresado hace seis meses en un hospital de La Habana para recibir un tratamiento que, según sus familiares, ha hecho que su situación sea ahora "peligrosa para su vida".

Sigler Amaya es el prisionero político que presenta un peor cuadro de salud con una paraplejia que lo mantiene en una silla de ruedas desde el año 2008, según confirmó a Europa Press el presidente de la Comisión Cubana de Derechos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Elizardo Sánchez.

El opositor de 47 años, encarcelado en 2003, presentó en todo momento un "buen estado de salud" pero en los últimos meses su situación se "ha agravado" al presentar complicaciones de tipo renal y una hemorragia rectal desde hace varios días, indicó Sánchez.

Pese a que Sigler Amaya se encuentra desde hace seis meses en el Hospital Julito Díaz de La Habana, "el mejor centro de rehabilitación" de la isla, su estado de salud ha ido en franca decadencia. "Él era un deportista, con una condición física muy buena pero ahora su realidad es otra", aseveró.

Sigler Amaya no camina desde hace 16 meses, presenta problemas de circulación, dolores abdominales, una hemorragia rectal que no ha podido ser del todo controlada además de una fuerte gripe que contrajo recientemente, informó Juan Andrés Sigler, hermano del disidente, en entrevista telefónica a Europa Press.

El disidente político ha pasado ya "la línea roja de peligro por la desnutrición avanzada" debido a que "no se le puede alimentar como es debido por una reducción en la garganta" que se le presentó después de que los médicos le ordenaran hacer "gárgaras con yodo", aseguró su hermano.

La familia ha perdido "toda esperanza" de que Ariel Sigler Amaya se recupere si sigue recibiendo atención médica en hospitales cubanos donde ha sido sometido a "tratamientos que no han estado funcionando" porque "más bien su situación ha pasado a ser de estable preocupante a una situación peligrosa para su vida".

Juan Andrés Sigler aseguró que el objetivo del Gobierno de Raúl Castro "es tratar de hacer el mayor daño posible a los presos políticos, matándolos en cámara lenta para que sufran más, y esto lo hacen no sólo con mi hermano sino con todos los prisioneros".

PERMISO PARA VIAJAR

Ante esta situación, Juan Andrés Sigler ha hecho un llamamiento al ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para que "limpie su imagen" ante la disidencia "y la población cubana" y aproveche la "cercanía" que tiene con el régimen de Castro para que sirva de mediador en la liberación de los presos políticos, en especial, de los que están enfermos.

"Moratinos que ha cabildeado tanto aquí en Cuba, que ha pedido eliminar la posición común en la UE para darle más ventaja al régimen, debería mediar por los presos políticos en la isla para limpiar su imagen aquí que deja mucho que desear", dijo el hermano del disidente.

A su juicio, "lo menos que puede hacer Moratinos es interceder por los prisioneros y costear su traslado hacia España para allí reciban atención médica, eso sería lo más razonable", después de que el jefe de la diplomacia española ha "dilatado el tiempo con esos temas que favorecen de alguna manera al régimen mientras los presos siguen sufriendo".

Por su parte, el titular de la CCDHRN, que estima que en Cuba hay unos 200 presos políticos, ha criticado a las autoridades cubanas que se han negado a dar una "licencia extrapenal" a Sigler Amaya para que salga de prisión y reciba atención en su vivienda junto a su familia, ante su "delicado" estado de salud.

El Gobierno cubano ha dicho que "hasta que no se levante y comience a caminar y mejor su condición no le dejarán regresar a su casa", señaló Sánchez, quien destacó que el disidente se encuentra en el hospital con poca vigilancia médica para que "nadie vaya vistarle" porque "sólo permiten el ingreso de una persona autorizada".