Actualizado 28/11/2012 18:24

Cuba.- El Gobierno de Cuba entrega a Estados Unidos informes que certifican que Alan Gross no tiene cáncer

Atribuye la pérdida del peso del contratista a ejercicios y dieta, así como a "su anterior condición de obesidad"


MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno cubano ha entregado a la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana informes médicos que acreditan que el contratista norteamericano Alan Gross, condenado a 15 años de prisión por espionaje, no sufre cáncer, como habían llegado a apuntar desde su entorno.

El abogado y la familia de Gross habían alertado de una "masa" sospechosa en el hombro que, de ser cancerosa, no estaría siendo tratada adecuadamente. Las autoridades cubanas han respondido a las críticas examinando al contratista e informando de los resultados de estos análisis a Washington.

El Ministerio de Exteriores de Cuba ha explicado este miércoles en un comunicado que el pasado martes el Gobierno organizó una reunión entre los médicos que atienden a Gross y representantes de la Sección de Intereses estadounidenses, para entregarles una información que también han remitido a la mujer del contratista y al Departamento de Estado de Estados Unidos.

En este encuentro, los médicos cubanos entregaron "información actualizada" sobre la salud del contratista, que cumple una condena de 15 años por introducir equipos de comunicación por satélite en la isla. Estos documentos incluían los resultados de una biopsia realizada el pasado 24 de octubre en la "lesión que presenta detrás de su hombro derecho" y que, a la vista de los resultados, "no es cancerígena".

Así, la biopsia ha determinado que esta "lesión" está formada "por células musculares aisladas y áreas extensas de hematíes" que podrían proceder de un hematoma.

La Habana ha alegado que si los médicos no realizaron antes esta prueba fue porque "el señor Gross se negaba", en respuesta a quienes, desde el entorno del detenido, han acusado a las autoridades cubanas de negligencia. El Ministerio de Exteriores ha subrayado en su nota que Gross "recibe tratamiento adecuado para los padecimientos que presenta", entre los cuales ha citado algunos crónicos y "típicos de su edad" que ya tenía antes de ser detenido.

Para demostrar la supuesta desatención de Cuba, la familia del preso también había denunciado que Gross ha perdido casi 50 kilos desde que fue encarcelado, en 2009.

El Ministerio de Exteriores cubano ha matizado que "su peso es normal" y ha atribuido su adelgazamiento a los ejercicios que realiza de forma "voluntaria" y a la dieta que sigue. Gracias a estas medidas, ha añadido La Habana, se ha eliminado "su anterior condición de obesidad".

EL CASO GROSS

Gross, de 63 años de edad, fue detenido en diciembre de 2009 en La Habana cuando estaba trabajando para la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) con el fin de facilitar el acceso a Internet a la comunidad judía en Cuba. Viajó hasta en cinco ocasiones cuando estaba subcontratado a través de la DAI.

Tras permanecer dos años en prisión preventiva, en marzo de 2011 fue condenado a 15 años de cárcel por llevar a cabo "actos contra la independencia o la integridad del Estado cubano", por introducir equipos de comunicación por satélite en el país, algo prohibido por las autoridades cubanas.

La posibilidad del diálogo bilateral permanece en el aire, principalmente, porque La Habana pretende llevar a la mesa de negociaciones el caso de los cinco agentes de los servicios de Inteligencia detenidos en 1998 en Estados Unidos y condenados en 2001 por espionaje, para proponer un canje de presos.

'Los cinco' son considerados unos héroes en Cuba, porque se les atribuye la infiltración en redes terroristas cubano-estadounidenses para evitar atentados en la isla caribeña. Sin embargo, en Estados Unidos son considerados espías que pretendían atentar en suelo norteamericano.

El caso Gross puso fin a un breve periodo de distensión en las relaciones bilaterales, propiciado por la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, que flexibilizó el embargo comercial impuesto a la isla desde hace más de medio siglo al permitir que los cubano-estadounidenses puedan viajar libremente y enviar remesas a su país.