Actualizado 08/07/2013 15:20

Cuba.- Raúl Castro denuncia "el robo al Estado" y la "perdida de valores éticos" entre los cubanos

Llama a los miembros del Partido Comunista y de los órganos y cuerpos del Estado a "dar ejemplo"


MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

El presidente cubano, Raúl Castro, ha denunciado este domingo la "pérdida de valores éticos" entre los cubanos y el que muchos ciudadanos vean "normal el robo al Estado" y ha instado a los miembros del Partido Comunista y de los órganos del Estado a "dar ejemplo" para revertir esta situación.

Castro ha sido el encargado de clausurar el período ordinario de sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional, que ha estado centrado en analizar el proceso de implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social, de los que "comienzan a observarse los primeros resultados alentadores, aunque es verdad que falta un largo y complejo camino para actualizar nuestro modelo económico y social".

El presidente ha querido hacer especial hincapié en su discurso, publicado íntegramente este lunes por el diario oficial 'Granma', al "ambiente de indisciplina que se ha arraigado en nuestra sociedad y ocasiona daños morales y materiales nada despreciables".

Según el mandatario, en los últimos 20 años se ha constatado que se han deteriorado en la isla valores como "la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás".

"ROBO AL ESTADO"

Hoy en día, ha lamentado, "una parte de la sociedad ha pasado a ver normal el robo al Estado". Igualmente, "se propagaron con relativa impunidad las construcciones ilegales (...), la ocupación no autorizada de viviendas, la comercialización ilícita de bienes y servicios", ha denunciado, criticando igualmente "el acaparamiento de productos deficitarios y su reventa a precios superiores (...), la aceptación de sobornos y prebendas, el asedio al turismo y la infracción de lo establecido en materia informática".

El presidente también ha criticado el que "conductas, antes propias de la marginalidad, como gritar a viva voz en plena calle, el uso indiscriminado de palabras obscenas y la chabacanería al hablar, han venido incorporándose al actuar de no pocos ciudadanos, con independencia de su nivel educacional o edad".

En opinión del mandatario, "no puede aceptarse identificar vulgaridad con modernidad, ni chabacanería ni desfachatez con el progreso". Así, ha defendido que, "vivir en sociedad conlleva, en primer lugar, asumir normas que preserven el respeto al derecho ajeno y la decencia" si bien, "nada de esto entra en contradicción con la típica alegría de los cubanos, que debemos preservar y desarrollar".

DAR EJEMPLO

Así las cosas, Castro ha defendido que "la pérdida de valores éticos y el irrespeto a las buenas costumbres puede revertirse mediante la acción concertada de todos los factores sociales". En concreto, ha reclamado que "los órganos estatales y del Gobierno, cada uno en lo que les corresponde, entre ellos la Policía, la Contraloría General de la República, la Fiscalía y los tribunales deben contribuir a este empeño, siendo los primeros en dar ejemplo de apego irrestricto a la Ley".

En concreto, les ha conminado a "abandonar la pasividad y la inercia en su conducta", "dejar de mirar al otro lado, cuando el problema está aquí, para no verlo". "Basta ya de tener miedo a buscarse problemas en el cumplimiento de nuestros deberes, y asumir como propia una mentalidad de orden, disciplina y exigencia, sin temor a buscarse problemas por reclamar el cumplimiento de lo establecido", ha añadido.

El presidente ha extendido su llamamiento a todos los sectores de la sociedad y en general a "todas las cubanas y cubanos dignos, que constituyen indudablemente la mayoría, hagan suyo el deber de cumplir y hacer cumplir lo que está establecido, tanto en las normas cívicas como en leyes, disposiciones y reglamentos".

"Si queremos triunfar en esta tarea hay que incorporar al pueblo, a cada ciudadano, no mediante arengas y consignas vacías en encendidas reuniones, sino sembrando en cada uno la motivación por ser mejores y llevando por delante el ejemplo personal", ha remachado, manifestando a los parlamentarios su "amarga sensación de que somos una sociedad cada vez más instruida, pero no necesariamente más culta".