Actualizado 08/02/2012 20:36

Los Cubanos en la isla opinan que el bloqueo de EEUU ha sido un fracaso

Mural Contra El Bloqueo En Cuba
Foto: REUTERS

LA HABANA, 8 Feb. (Reuters/EP) -

   El 50 aniversario del embargo comercial que Estados Unidos aplica contra Cuba recibió poca propaganda en la isla, donde los cubanos aseguraron que se trata de una política fracasada que sólo había logrado hacer sus vidas más difíciles.

   Los cubanos sostienen que si se levanta el embargo es probable que vivan un poco mejor, pero algunos afirmaron que también aumentaría la presión sobre el Gobierno de Raúl Castro para solucionar problemas cuya responsabilidad se ha adjudicado durante años a Washington debido a las sanciones impuestas.

   El 7 de febrero de 1962, lo que había sido un embargo parcial se convirtió en casi total cuando el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, intentó aumentar la presión sobre el régimen de Fidel Castro, quien en medio de la Guerra Fría se había alineado con la Unión Soviética.

   El Gobierno de Kennedy esperaba que la prohibición comercial hacia La Habana afectara a la economía cubana y socavara la revolución liderada por Castro en 1959.

   Tras medio siglo y nueve presidentes de Estados Unidos, Fidel Castro --quien se apartó del poder en 2006 debido a una enfermedad-- aún se mantiene en escena. Su hermano Raúl está al frente del país manteniendo el sistema comunista que crearon.

   Pero el embargo sigue siendo la piedra angular de la política de Washington hacia la isla caribeña situada a sólo 145 kilómetros de las costas de Florida.

   El bloqueo, como se conoce a las sanciones de Estados Unidos a Cuba, no logró su objetivo principal, pero ha hecho las cosas más difíciles y más costosas para el cubano medio, aseguró el jubilado Juan Jorge Castillo, de 67 años.

   "Sabemos que nos embarga una potencia y la potencia nos podría vender (productos) más baratos. Tenemos que ir a otros lugares y adquirirlos más caros. El objetivo es destruirnos, ahogarnos", lamentó.

   Roberto Esteban, un trabajador privado que vende artesanías cubanas, indicó que los problemas económicos crónicos de la isla son atribuibles a las sanciones de Estados Unidos. "Nos hace mucho daño. Aquí hay mucha gente que piensa que no, que es el país, que es un problema interno", dijo desde su puesto de ventas en el centro de La Habana.

HACER DAÑO

   El diario 'Granma', portavoz oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba, no tenía ninguna nota el martes acerca del aniversario 50 del embargo. Pero las noticias de la televisión cubana recordaron que las sanciones de Washington habían costado a la isla 975.000 millones de dólares en los últimos años.

   El Gobierno de Estados Unidos abrió una brecha al embargo cuando permitió las ventas de productos agrícolas y medicinas a Cuba desde su país. El actual mandatario norteamericano, Barack Obama, ha flexibilizado las restricciones de viajes a la isla.

   Pero muchos cubanos sostienen que no se puede culpar únicamente Washington por la persistencia del embargo. "Es como si fuera un escudo para las cosas malas que han hecho aquí", señaló Rafael García, un vendedor de verduras. "Influye en parte, pero no determina todo", apuntó.

   El economista disidente Oscar Espinosa Chepe comentó que el embargo sólo ha servido "para dar al Gobierno una excusa, de declarar a Cuba una fortaleza sitiada (...) y echarle la culpa al embargo del desastre económico en Cuba".

   Los partidarios del embargo en Estados Unidos dicen que las sanciones siguen cumpliendo con el propósito de presionar a Cuba para un cambio político.

   "Además de imponer presión económica sobre el régimen de Castro (...) el embargo es una postura moral contra una dictadura brutal", indicó en un comunicado la congresista por el estado de Florida Ileana Ros-Lethinen, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

   No obstante, Geoff Thale, director de la consultora Washington Office on Latin America, consideró que era tiempo de abandonar el embargo. "Los políticos sensatos deberían estar impulsando una mayor participación y el diálogo entre Cuba y Estados Unidos. Cuba está cambiando y no deberíamos pasar los próximos 50 años parados al margen", sostuvo.