Actualizado 17/05/2008 07:49

Cumbre.- España acogerá en julio una conferencia para buscar soluciones a la crisis humanitaria en Haití

LIMA, 17 May. (de los enviados especiales de EUROPA PRESS, Emilio López y Beatriz Fernández) -

Los jefes de Estado y de Gobierno eurolatinoamericanos acordaron este viernes en Lima buscar "medidas inmediatas" para ayudar a los países más vulnerables a afrontar la subida de los precios de los alimentos.

Esta es una de las principales conclusiones de la Declaración de Lima que suscribieron los líderes de los dos bloques en la V Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de América Latina, Caribe y la UE. En ella, abogan por que la comunidad internacional se coordine también para dar una respuesta duradera a medio y largo plazo a la crisis actual.

Para ello, consideraron necesario fortalecer las "capacidades agrícolas" y el "desarrollo rural" para poder satisfacer la demanda creciente de alimentos. Los líderes reiteraron también su compromiso con políticas para la erradicación del hambre y la lucha contra la pobreza y se comprometieron a trabajar para lograr "resultados concretos" en la Conferencia de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial que se celebrará en Roma, entre los próximos 3 a 5 de junio.

A iniciativa de España y Brasil, los líderes acordaron que España acoja el próximo mes de julio una conferencia destinada a elaborar un programa de seguridad alimentaria y desarrollo rural para Haití y que estará presidida por Francia y Argentina, en su papel de copresidencias de América Latina, Caribe y la UE.

Los representantes de los 60 países participantes adoptaron asimismo una agenda conjunta para luchar contra la pobreza y el cambio climático, los dos temas centrales a los que estaba dedicada la Cumbre. El documento se refiere al lanzamiento del programa Euroclima, una iniciativa que arranca con una inversión de cinco millones de euros por parte de la Comisión Europea y que buscará el intercambio de conocimientos en la materia y la coordinación de programas ya existentes entre ambas regiones relacionados con el cambio climático.

ACUERDOS COMERCIALES

En cuanto a los acuerdos comerciales que la UE lleva años negociando con los distintos bloques latinoamericanos, acordaron proseguir "activamente" las conversaciones para lograr que, en el caso de la Comunidad Andina, se cierre un acuerdo "durante 2009", tomando en cuenta las asimetrías entre los países del bloque (Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú) y reconocieron la necesidad de que haya flexibilidad, según corresponda, por parte de la UE.

Respecto a las conversaciones con los países centroamericanos saludaron los esfuerzos en curso para alcanzar un acuerdo, celebraron la decisión de Panamá de incorporarse formalmente al proceso de integración económica regional y confiaron en una "pronta ratificación" del Protocolo de Guatemala, como un primer paso.

Además, subrayaron la importancia de un "ambicioso y balanceado" acuerdo de asociación con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y reiteraron su compromiso de llevar las negociaciones a un resultado exitoso "tan pronto como las condiciones lo permitan", sobre la base del trabajo existente ya alcanzado. En realidad, las negociaciones con este bloque se encuentran estancadas.

Los líderes coincidieron en que el comercio es un "motor para el crecimiento, el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza" y señalaron que las políticas comerciales y las estrategias de desarrollo tienen que formularse "con miras a minimizar el impacto social negativo de la globalización y a maximizar su impacto positivo", asegurando que "todos los sectores de la población, yen particular los más pobres, se beneficien de ello".

ALUSIÓN AL CONFLICTO ENTRE COLOMBIA, ECUADOR Y VENEZUELA

Tras el ataque del Ejército colombiano contra un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano el pasado uno de marzo, los líderes se mostraron decididos a "defender la igualdad soberana de todos los Estados, respetar su integridad territorial e independencia política" y a abstenerse en sus relaciones internacionales "de la amenaza o uso de la fuerza de manera inconsistente con los propósitos y principios de las Naciones Unidas". Asimismo, se comprometieron a resolver las controversias por "medios pacíficos".

La declaración recoge también una mención especial a la necesidad de proteger los derechos humanos de los inmigrantes, y desarrollar un enfoque comprensivo que incluya una gestión ordenada de los flujos y promover el reconocimiento y la toma de conciencia pública sobre la importante contribución económica, social y cultural que ofrecen a las sociedades receptoras.

Además, subrayaron la importancia de intensificar la cooperación para luchar contra el racismo, la discriminación, la xenofobia y otras formas de intolerancia, para lo cual apuestan por un diálogo "comprensivo y estructurado" sobre la migración, con el objetivo de identificar desafíos comunes y áreas para la cooperación mutua.

Por último, volvieron a condenar el embargo de Estados Unidos a Cuba al rechazar medidas coercitivas de carácter unilateral y efecto extraterritorial contrarias al Derecho Internacional al considerar que representan una "amenaza grave" para el multilateralismo, y reafirmar su posición sobre la aplicación de la Ley Helms-Burton.