Publicado 02/10/2019 15:19

DDHH.- Un abogado kirguís que lucha contra la apatridia, ganador del Premio Nansen de ACNUR

DDHH.- Un abogado kirguís que lucha contra la apatridia, ganador del Premio Nans
DDHH.- Un abogado kirguís que lucha contra la apatridia, ganador del Premio Nans - ACNUR/UNHCR/CHRIS DE BODE - Archivo

Su propia experiencia familiar le llevó a fundar una organización que ha sido clave en que Kirguistán haya erradicado la apatridia

MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

Azizbek Ashurov, un abogado cuyo trabajo ha ayudado a que Kirguistán se convierta en el primer país del mundo en erradicar la apatridia, ha sido galardonado con el Premio Nansen para los Refugiados 2019 otorgado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Con su organización Abogados sin Fronteras del Valle del Ferganá, Ashurov ha ayudado a conseguir la nacionalidad kirguís a más de 10.000 personas que se habían convertido en apátridas tras la disolución de la Unión Soviética.

De ellas, según ha resaltado ACNUR, unos 2.000 son niños que ahora podrán "disfrutar de su derecho a recibir una educación y a tener un futuro en el que ser libres para viajar, casarse o trabajar".

"La historia de Azizbek Ashurov demuestra su tenacidad y determinación personal", ha resaltado el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.

"Su compromiso con la causa en favor de la erradicación de la apatridia en Kirguistán, un logro alcanzado junto con el Gobierno kirguís y otros actores en el país, es un poderoso ejemplo de la capacidad que puede tener una sola persona para inspirar y movilizar para lograr una acción colectiva", ha añadido.

La apatridia afecta a millones de personas en todo el mundo, que quedan privadas de sus derechos y de los servicios básicos, quedan marginadas de las estructuras políticas y económicas, sufren discriminación y una situación de especial vulnerabilidad a la explotación y a sufrir abusos, ha resaltado la agencia de la ONU.

En la Unión Soviética, al no existir fronteras internas, las personas se desplazaban por Asia Central con su documentación interna, con la cual obtenían la residencia y contraían matrimonio.

Tras su disolución en 1991 y la creación de nuevos estados, muchas personas quedaron atrapadas entre las nuevas fronteras establecidas, en muchas ocasiones contando con un pasaporte soviético que ya no tenía validez o sin poder demostrar su lugar de nacimiento. Cientos de miles de personas se convirtieron en apátridas en la región, incluido Kirguistán.

La situación, ha explicado ACNUR, afectó de forma desproporcionada a las mujeres que, en muchas ocasiones, quedaron despojadas de su nacionalidad por haber contraído matrimonio y haberse instalado en otro Estado antes de que se desintegrase la Unión Soviética y se establecieran las nuevas fronteras. Al existir leyes que contemplan que la ciudadanía se obtiene de forma hereditaria, la situación de apatridia de estas mujeres se fue transmitiendo también a sus hijas e hijos.

LAS DIFICULTADES DE SU FAMILIA LE MOTIVARON A ACTUAR

Ashurov ayudó a crear organización Abogados sin Fronteras del Valle del Ferganá en 2003 motivado por las dificultades a las que tuvo que hacer frente su propia familia para conseguir la nacionalidad a su llegada desde Uzbekistán tras la disolución de la URSS.

La organización se creó con el objetivo de ofrecer asesoría legal gratuita y asistencia a personas desplazadas, apátridas o indocumentadas en situación de vulnerabilidad en la zona sur de Kirguistán.

"Cuando veo una injusticia no puedo quedarme de brazos cruzados", ha contado Ashurov. "La apatridia es una injusticia. Una persona apátrida no es reconocida por ningún Estado. Son como fantasmas. Existen físicamente, pero no sobre el papel", ha denunciado.

"Nuestro papel a la hora de reducir la apatridia consiste en ayudar a las personas a hacer lo que no pueden hacer solas. Nosotros no les concedemos la nacionalidad, sino que les devolvemos un derecho que tendrían que haber tenido desde su nacimiento", ha subrayado el abogado.

"Si fue complicado para mí, a pesar de mi formación y siendo abogado, imagínese lo difícil que debe ser para una persona normal y corriente", ha resaltado.

Como el número de personas que contactaban con su organización en busca de ayuda para resolver problemas de nacionalidad era cada vez mayor, Ashurov decidió centrar el trabajo en la apatridia, colaborando con otros actores para mapear por primera vez casos por todo el país, con el propósito de abordar este problema de una vez por todas.

Así, formaron equipos legales móviles que han estado viajando a zonas remotas en el sur del país para encontrar a personas en situación vulnerable y a grupos marginados de la sociedad, para lo cual tuvieron que desplazarse en vehículos todoterreno o incluso realizar viajes a caballo.

Gracias a su estrecha colaboración con las autoridades de Kirguistán, que dio lugar, por ejemplo, al lanzamiento de una "amnistía" temporal para quienes no contaban con documentación vital, un gran número de personas apátridas consiguió la nacionalidad.

Ashurov ha explicado que optaron por trabajar con el Gobierno y consiguieron "captar su atención y que se hicieran nuestros amigos". "Éramos pequeños guerreros, pero a nuestras espaldas teníamos un gran tanque", ha comparado, celebrando que también "otros estados en la región han puesto en marcha campañas con las que se han identificado a unas 46.000 personas apátridas hasta el momento, y ya se han resuelto con éxito 34.500 casos".