Publicado 27/10/2015 10:50

El declive de la política iberoamericana en España

   Artículo escrito por Celestino del Arenal, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid

   MADRID, 27 Oct. (Notimérica) -

   La política exterior española en general y la iberoamericana en particular han experimentado desde 2002 hasta el presente un proceso de declive que nos sitúa ante un escenario internacional e iberoamericano cada vez más problemático desde la perspectiva de los intereses de España.

   El giro radical que experimenta esa política a raíz del alineamiento incondicional del gobierno popular de Aznar con la administración Bush, en 2002, que nos alejará de la mayoría de los países latinoamericanos, seguido de la prácticamente inexistente política iberoamericana del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, unido a la débil política iberoamericana del gobierno popular de Rajoy ha traído como consecuencia que España haya perdido imagen, presencia y protagonismo, político que no económico, en América Latina y el Caribe y que cada vez cuente menos en esa región.

   A esta situación han contribuido, también de forma significativa, los importantes cambios que se han producido en el escenario latinoamericano desde principios del siglo XXI, mayor autonomía de las políticas exteriores, diversificación de las relaciones internacionales, renovación de los procesos de integración, creciente presencia de nuevos actores extrarregionales, entre otros, que han hecho que la región cada vez dependa menos de los actores extrarregionales tradicionales, como es el caso de España.

   Esta situación de declive de la política iberoamericana es necesario revertirla, insuflando un nuevo impulso a dicha política. América Latina es una dimensión clave de la política exterior española, donde están en juego una parte substancial de los intereses y de la imagen y peso internacional de España.

   Es indispensable que el nuevo gobierno que surja de las elecciones generales del 20 de noviembre se replantee de raíz la política exterior y de manera particular la política iberoamericana. Para ello es necesario la puesta en práctica de toda una serie de medidas, tanto en términos de relaciones bilaterales como en relación a las Cumbres Iberoamericanas, que vuelvan a hacer de España un referente en América Latina y el Caribe y a América Latina una dimensión esencial de su política exterior.