Actualizado 19/12/2016 14:50

Desarrollan en Chile una nueva tecnología para frenar la sequía

   SANTIAGO, 28 Dic. (Notimérica) -

   Desde hace cinco años, Chile está sufriendo la sequía de mayor duración y extensión desde mediados del siglo pasado, fenómeno que ha sido bautizado como 'megasequía'. Las precipitaciones han descendido un 30 por ciento en prácticamente todo el país y, como consecuencia, los lagos, embalses y caudales de los ríos alcanzaron picos de un 70% de reducción en la zona norte.

   Una pequeña ciudad de la región de Coquimbo, Combarbalá, está siendo duramente castigada por esta 'megasequía'. Sus orígenes siempre han estado vinculados al agua. Sin embargo, ahora es un recurso escaso y lejano y tiene una sequedad atmosférica del 50 por ciento, según informa la agencia 'Sinc'.

   Por todo esto, la empresa Aguas del Valle ha querido tomar medidas y ha iniciado en Combarbalá una apuesta innovadora como solución contra la evaporación: utilizar más de un millón de esferas de polietileno en cuatro piscinas para el almacenaje de agua potable.

   En cuanto a las posibilidades de uso, Rodillo cuenta que se podrá utilizar en cualquier parte del mundo, aunque "en algunos lugares va a ser más efectivo que en otros, especialmente en climas donde hay una zona de alta evaporación", aclara.

   "Aguas del Valle es la primera empresa sanitaria de Chile en aplicar la tecnología de esferas de control de evaporación, una forma de optimizar el uso del recurso, en el contexto de sequía estructural que enfrenta la región", señala el gerente regional de la compañía de agua, Andrés Nazer.

   "Se trata de la misma tecnología que ha empleado California, donde también se vive una dura sequía. Combarbalá es una de las comunas más afectadas por este fenómeno, por eso queremos reforzar nuestro servicio", añade.

   Cada una de estas esferas de color negro se fabrica de una pieza, sin tapones, utilizando tres capas de polietileno de alta densidad (conocido como HDPE), a la que se suma otra con protectores de rayos ultravioleta y alguicidas y antioxidantes, en definitiva, aditivos estabilizadores y anticorrosivos para prevenir los efectos de la radiación ultravioleta sobre el material, que tiene una vida útil de quince años. Estos componentes permiten soportar la alta radiación solar, vientos muy rápidos y bajas temperaturas, tres de los factores que influyen en la evaporación del agua.

   Estas esferas, de 530 gramos de peso y 127 milímetros de diámetro, están rellenas de agua que les permiten flotar y no ser arrastradas o separadas por el viento de sus compañeras.

   "Lo que hacemos es muy simple. Cubrimos con capas las esferas, que tienen agua dentro, para que floten en la superficie. Con ellas optimizamos la cobertura de la superficie líquida hasta el 91% y reducimos la evaporación hasta en un 80%", explica el ingeniero Cristóbal Rodillo.

   "En definitiva, es un sistema de cubierta flotante y permeable para masas de líquido. Actúa como un tapón que disminuye el intercambio de masa y calor entre el líquido y el ambiente, reduciendo pérdidas por evaporación. Además, resiste vientos de 200 km por hora, lo cual es importante en las zonas mineras, situadas en lugares desérticos con temperaturas extremas", añade.

   Según Rodillo, con esta técnica se podrán ahorrar 9.344 metros cúbicos de agua anuales, lo que equivale al 11,4% del consumo de los habitantes de Combarbal. "Cuando el proyecto se desarrolle en su totalidad, con esferas en los cuatro depósitos, el ahorro equivaldrá al consumo de agua del 40% de la población de la zona, lo que es significativo", asegura.

¿CÓMO SURGIÓ LA IDEA?

   Rodillo trabaja para la empresa chilena Exma, la cual lleva 30 años en el mercado y comenzó realizando ingeniería en plásticos para las celdas de extracción del cobre.

   Utilizaban esferas de menor tamaño para evitar la evaporación, la acidez y los olores, y con ellas lograron un 80% de reducción en algunas de las minas más famosas del país.

   Como previsión ante la amenaza de la sequía, surgió la idea de desarrollar el mismo dispositivo pero con un mayor diámetro -para utilizar menos esferas, y hacerlo más barato y fácil de transportar- con objeto de cubrir las zonas líquidas expuestas a las inclemencias del clima.