QUITO, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmó este miércoles que existe una conspiración para derrocar a su Gobierno que ha agitado el clima social y provocado las últimas protestas de indígenas y maestros, así como las acusaciones de corrupción hechas por su propio hermano.
"Todo es parte de una estrategia que busca desestabilizar al Gobierno es impresionante la audacia de los grupos que siempre han querido sacarnos del poder", dijo Correa en una entrevista en Londres concedida a BBC Mundo.
El presidente ecuatoriano culpó de su baja popularidad a la "feroz arremetida de los grupos de poder de siempre, entre ellos los medios de comunicación". En este sentido Correa calificó a la prensa local de "corrupta" y la acusó de convertirse en un "actor político" que "inventa algo todos los días".
Sin embargo el mandatario reconoció que existe cierta agitación en el país, debido a una serie de inciativas legislativas. "Tenemos varios frentes abiertos porque en un año la Asamblea Constituyente presentó quince leyes muy importantes, que afectan a privilegios", explicó.
Entre las normas que han suscitado mayor polémica se encuentran la Ley del Agua, que ha tenido resistencia en algunos grupos indígenas y ha generado violentas marchas, y la ley de Educación Superior, rechazada por parte del sector educativo.
CONFLICTO FAMILIAR
Correa confesó sentir una "profunda pena" por la disputa familiar que mantiene con su hermano Fabricio, quien se ha convertido en uno de los mayores críticos del Gobierno ecuatoriano.
El presidente aseguró que su hermano adoptó esta actitud después de que fueran cancelados todos los contratos que tenía con el Estado a través de empresas fantasma, un comportamiento que, según Correa, desconocía por completo.
Asimismo afirmó que "uno no escoge a sus hermanos" y que éste "está movido por el odio" y negó los rumores que apuntaban a una participación directa de Fabricio en la campaña electoral de Correa. El presidente dijo que su hermano "nunca estuvo en el proyecto político", para admitir después que Fabricio sí participó "en parte" de la campaña aunque debió "ser separado".