Actualizado 18/02/2010 19:56

EEUU/Cuba.- La esposa del contratista detenido en Cuba niega que sea un espía al servicio de EEUU


LA HABANA, 18 Feb. (Reuters/EP) -

Judy Gross, esposa de Alan P. Gross, el contratista estadounidense detenido en La Habana, negó las acusaciones de Cuba de que su marido fuese un espía al servicio de la Casa Blanca, al expresar su deseo de que este caso sea resuelto este viernes durante una nueva ronda de conversaciones migratorias entre ambos países.

En sus primeras declaraciones extensas desde que Gross fuese detenido el pasado 4 de diciembre, Judy Gross comentó este jueves a Reuters por correo electrónico que su esposo "nunca ha estado involucrado de ninguna manera en ninguna agencia de inteligencia de ningún tipo".

Las autoridades cubanas, incluyendo al presidente Raúl Castro, le han acusado de facilitar ilegalmente equipos de comunicaciones por satélite a los disidentes en la isla y han sugerido que podría ser un espía de Estados Unidos.

Pero su esposa ha asegurado que Gross, contratado por la empresa Development Alternatives Inc., es simplemente un profesional que trabaja en proyectos en países en vías de desarrollo. "Puedo negar categóricamente ese alegato. Cualquiera que conozca a Alan sabe que su trabajo en todo el mundo es de naturaleza humanitaria. Le gusta ayudar a la gente", indicó.

Judy Gross señaló que la experiencia desde que su marido fue arrestado en el aeropuerto de La Habana creó muchas tensiones a su familia y le gustaría que las autoridades de Estados Unidos y Cuba traten el tema cuando se reúnan este viernes en La Habana para discutir asuntos relacionados con inmigración.

"Espero que los gobiernos de Estados Unidos y Cuba hagan todo lo que esté a su alcance para resolver el caso de Alan durante las conversaciones de esta semana", pidió Gross, psicoterapeuta en un hospital en el área de Washington.

Diplomáticos de Estados Unidos han indicado que el caso de Gross podría ser discutido en la reunión de este viernes, ya que las negociaciones con Cuba por lo general abarcan temas muy amplios. Pero en un comunicado difundido este miércoles, el Departamento de Estado señala que este encuentro sólo se "centrará en cómo promover una migración legal, segura y ordenada" entre ambos países.

Alan Gross, de 60 años, se encuentra actualmente "bajo investigación" en la prisión de Villa Marista de La Habana, reservada para casos vistos como asuntos de la seguridad del Estado.

Raúl Castro anunció el pasado mes de diciembre que Cuba había detenido a un "ciudadano norteamericano, eufemísticamente denominado (...) como 'contratista' de su Gobierno, que se dedicaba al abastecimiento ilegal con sofisticados medios de comunicación vía satélite a agrupaciones de la sociedad civil que aspiran a conformar en contra de nuestro pueblo".

Castro dijo que el arresto del contratista demuestra que los intentos de Estados Unidos por destruir el régimen que gobierna Cuba desde hace más de 51 años se mantienen latentes en la Admnistración Obama, pese a su declarada intención de mejorar las hostiles relaciones entre La Habana y Washington.

AYUDA A COMUNIDAD JUDÍA

El presidente de Development Alternatives Inc., James Boomgard, dijo en una declaración en diciembre pasado que Gross había viajado a la isla en el marco de un programa de la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos para "fortalecer la sociedad civil en apoyo a una gobernabilidad justa y democrática en Cuba".

Boomgard reconoció que Gross había distribuido teléfonos y computadoras portátiles en Cuba, pero no equipos por satélite. Estos últimos son ilegales en Cuba y repartirlos puede conllevar duras penas de prisión, pues el Gobierno restringe su uso por temor a que caigan en manos de sus opositores.

Según datos que acompañaron las declaraciones de su esposa, Gross viajó a Cuba para ayudar a la "pequeña comunidad judía a crear una intranet para comunicarse entre sí y con otras comunidades judías en el extranjero y darles la posibilidad de acceder a Internet".

Su esposa comentó que había hablado con Gross brevemente en tres ocasiones por teléfono y que "está haciendo todo lo posible por mantenerse fuerte", aunque está preocupado por sus dos hijas y su madre de 86 años, que enfermó desde que fue detenido en la isla.

Diplomáticos de Estados Unidos en La Habana sostienen que los cubanos apenas hablaron con ellos del caso. El Gobierno de La Habana les permitió visitar dos veces a Gross.

Sea cual sea la razón, Judy Gross quiere que termine la pesadilla y le devuelvan a su esposo. "Espero y rezo para que Alan sea liberado pronto. El no hizo nada malo", expresó.