MADRID, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, ha destacado este jueves que "todas las opciones están sobre la mesa" tras el ataque con proyectiles contra una base de Irak con tropas de la coalición, que se ha saldado con la muerte de dos estadounidenses y un británico.
"Todas las opciones está sobre la mesa mientras trabajamos con nuestros socios para llevar a los responsables contra la Justicia y mantenemos la disuasión", ha dicho, en un mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter.
En este sentido, Esper ha manifestado que "Estados Unidos no tolerará los ataques respaldados por Irán" contra su población, intereses y aliados.
La coalición internacional encabezada por Estados Unidos confirmó a última hora del miércoles tres fallecidos y doce heridos en el ataque, ejecutado contra la base de Tayi, situada en una zona rural menos de 30 kilómetros al norte de la capital iraquí, Bagdad.
Durante la jornada han muerto al menos 26 milicianos chiíes iraquíes han muerto en bombardeos aéreos presuntamente obra de la coalición en la localidad siria de Albu Kamal, cerca de la frontera con Irak.
"Lo más probable (es que) aviones de la coalición liderada por Estados Unidos llevaron a cabo bombardeos contra las bases de la milicia en represalia por el ataque previo contra la base Tayi", ha señalado el presidente del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Rami Abdelrahman, en declaraciones a DPA.
El ataque ha sido condenado por el Gobierno iraquí y la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Irak (UNAMI). Así, el primer ministro en funciones, Adel Abdul Mahdi, ha ordenado la apertura de una investigación para dar con los responsables del lanzamiento de los cohetes, "sean quienes sean".
El incidente se produce en el marco de las tensiones por la muerte a principios de enero del general Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, en un bombardeo ejecutado por Estados Unidos en Bagdad.
Desde entonces se han registrado varios ataques contra bases militares con presencia de fuerzas estadounidenses en Irak, incluidos varios ejecutados por Irán en respuesta a la muerte de Soleimani.