Actualizado 12/12/2014 10:43

Un juez pone límites al uso de gases lacrimógenos en Misuri tras las protestas en Ferguson

Ferguson Protestas
Foto: JIM YOUNG / REUTERS

WASHINGTON, 12 Dic. (Reuters/EP) -  

   Un juez federal ha ordenado este jueves a la Policía del estado de Misuri que emita advertencias y garantice un tiempo razonable para que los manifestantes se dispersen antes de disparar gases lacrimógenos, tras las quejas de los activistas sobre las tácticas de la policía durante las protestas en Ferguson.

   Las denuncias se materializaron tras los disturbios producidos a raíz del fallo del gran jurado de Misuri, que exoneró al policía blanco Darren Wilson, que acabó a tiros con la vida del joven afroamericano desarmado Michael Brown el pasado mes de agosto en el suburbio de St. Louis.

   El juez de distrito Carol Jackson ha pronunciado el citado fallo después de escuchar los argumentos en una demanda presentada por un grupo de manifestantes contra funcionarios de la policía local y estatal del estado estadounidense de Misuri.

   Los demandantes aseguran que niños y ancianos se encontraban entre la multitud cuando la policía lanzó gases lacrimógenos sin previo aviso y añade que no pudieron salir de la zona debido al tumulto que se originó, viéndose encerrados en la zona donde se produjeron los disturbios.

   Sin embargo, el juez no ha atendido a todas las peticiones de los manifestantes, que reclamaban que el gas lacrimógeno sólo pudiese ser usado por las fuerzas del orden como un "último recurso para evitar una amenaza significativa para la seguridad pública".

   "Se trata de una pequeña victoria", ha señalado el abogado Brendan Roediger, que está representando a los demandantes. "En sus puntos fundamentales se logra lo que estábamos pidiendo" con esta sentencia, ha apostillado.

   Las protestas contra el "racismo" en la Policía estadounidense se han extendido a muchas de las principales ciudades de Estados Unidos, un hecho que se aceleró aún más después de que un gran jurado de Nueva York decidiese dejar en libertad sin cargos a otro policía blanco que estranguló hasta la muerte a otro ciudadano negro que se encontraba desarmado.