Actualizado 30/04/2019 08:17

El Pentágono aprueba el despliegue adicional de unos 320 efectivos en la frontera con México

México expresa su "profunda preocupación" por las acciones de las milicias anti-inmigrantes en Estados Unidos
REUTERS / JOSE LUIS GONZALEZ

WASHINGTON, 30 Abr. (Reuters/EP) -

El Pentágono ha dado luz verde este lunes al envío de unos 320 efectivos adicionales a la frontera con México, lo que supondrá un coste de unos 7,4 millones de dólares aproximadamente, según han explicado las autoridades estadounidenses.

Los efectivos se encargarán de llevar a cabo labores relacionadas con la llegada de migrantes a la zona, lo que podría incluir su traslado en vehículos y la "supervisión" de su bienestar e integridad física.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha indicado que el despliegue de militares en la frontera sur del país es ahora de unos 5.000 efectivos. Tanto los seguidores como los detractores de las políticas migratorias del presidente estadounidense, Donald Trump, observarán de cerca la labor de los militares.

El Pentágono ya había informado de que estaba planteándose relajar la normativa que regula las interacciones entre militares y población civil antes de enviar un refuerzo de 300 soldados a la frontera con México para impedir la entrada de inmigrantes ilegales, a pesar de las restricciones legales frente a las intervenciones militares en territorio norteamericano.

La medida está destinada a reforzar el papel del Ejército en la frontera al permitir a los militares que entren "en contacto directo" contra la población civil migrante.

Estas nuevas tropas incluirán abogados militares para ayudar a los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza a procesar a los migrantes, así como conductores que ayudan a transportar a los migrantes detenidos y cocineros para proporcionarles comida, según fuentes oficiales.

Hasta ahora, las tropas han ayudado a construir barreras fronterizas, han realizado vigilancia, han volado helicópteros y han realizado otras tareas de apoyo. No se les permite detener a los migrantes, incautarse de drogas o realizar tareas de cumplimiento de la ley.

El exsecretario de Defensa, Jim Mattis, ya expresó antes de dimitir su recelo ante la decisión de expandir el papel del Ejército. Patrick Shanahan, su reemplazo temporal, también ha resistido la presión de la Administración Trump para involucrar todavía más a los militares, hasta el punto de plantearse la posibilidad de que pudieran hacer redadas en domicilios o tomar a los detenidos "bajo custodia exclusiva".