Actualizado 30/06/2009 00:18

EEUU retrasa declaración que afectaría ayuda Honduras

WASHINGTON (Reuters/EP) - Estados Unidos dijo el lunes que interpreta el derrocamiento del presidente hondureño Manuel Zelaya como un golpe de Estado, pero aún no lo declara legalmente, paso que implicaría que Washington detuviese la mayor parte de su asistencia a Tegucigalpa.

Zelaya, quien estaba en el poder desde el 2006, fue derrocado en un golpe de Estado al amanecer después de haber provocado la molestia del Poder Judicial, el Congreso y el Ejército, al intentar cambios constitucionales que le hubiesen permitido buscar una reelección después de su cuarto mandato.

El Congreso de Honduras nombró a Roberto Micheletti presidente interino y la Corte Suprema del país dijo que había ordenado a los militares destituir a Zelaya.

El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la Unión Europea y una variedad de gobiernos extranjeros expresaron su apoyo a Zelaya, quien fue sacado a la fuerza de su residencia por soldados y enviado rápidamente en un avión a Costa Rica.

"Nosotros sí creemos que esto ha evolucionado en un golpe", dijo a los reporteros la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.

Si Estados Unidos declara legalmente el evento como un golpe militar -determinación que Clinton aclaró está "retrasando" por ahora- es vital porque podría forzar a Obama a terminar con la mayoría de los programas de asistencia en el país.

Bajo la ley de Estados Unidos, no habrá más ayuda que para dar promoción a la democracia a un país cuya cabeza del Gobierno electo haya sido depuesta en un golpe de Estado.

Al ser consultada sobre si Estados Unidos consideraba suspender la ayuda a Honduras, Clinton negó con la cabeza.

El Departamento de Estado estadounidense no pudo precisar inmediatamente cuánta asistencia envía a Honduras.

Analistas expresaron que las rápidas críticas tanto de Obama como de Clinton el domingo tuvieron una mejor recepción por parte de naciones latinoamericanas de lo que habían tenido anteriores intervenciones estadounidenses en la región.

La postura de Obama contrastó con la equívoca posición asumida por el ex presidente de Estados Unidos George W. Bush en el 2002, que fue interpretada como tácticamente aceptando un golpe en contra del mandatario izquierdista venezolano Hugo Chávez.

Clinton enfatizó que Estados Unidos esta trabajando con otras naciones en el hemisferio para restaurar la totalidad del orden constitucional y la democracia, pero evitó pedir específicamente que Zelaya sea restituido en el poder.

Un alto funcionario estadounidense que habló en condición de anonimato, comentó que al retrasar el pronunciamiento legal sobre el golpe de Estado, Washington estaba intentando generar el espacio para la negociación de un acuerdo.