Actualizado 17/12/2013 22:03

Rousseff insiste en que Obama debe pedir perdón por el espionaje para que viaje a EEUU

Rousseff y Obama
REUTERS


BRASILIA, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha insistido este miércoles en que su homólogo estadounidense, Barack Obama, debe pedir perdón por el espionaje para que finalmente visite el país norteamericano.

El pasado 17 de septiembre, Rousseff anunció la cancelación de su visita oficial a Estados Unidos, prevista para el 23 de octubre, en represalia por las escasas explicaciones ofrecidas por la Casa Blanca sobre el espionaje al Gobierno, empresas y ciudadanos brasileños.

"Yo iba a viajar, pero la polémica que se derivó de esas denuncias nos llevó a hacer la siguiente propuesta a Estados Unidos: pedir disculpas y prometer que no va a volver a ocurrir; pero no ha sido posible", ha dicho, en una entrevista concedida a la cadena RBS.

La líder izquierdista ha considerado "inadmisible" que "Brasil no reciba el respeto que se merece". "Es imposible concebir que yo, como presidenta, acepte negociar la soberanía del país. Y, si un presidente lo hace, no se merece el cargo", ha sostenido.

En la misma línea, ha estimado que "no es posible que entre países amigos con relaciones estratégicas, no se tenga en cuenta el hecho de que no es posible espiar a un presidente. "Esto no es apropiado", ha insistido.

No obstante, ha aclarado que "no hay interrupción de ningún nivel en las relaciones tradicionales entre Brasil y Estados Unidos", en alusión a las relaciones comerciales y diplomáticas entre las dos potencias regionales.

Por otro lado, ha defendido a la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) por las escuchas telefónicas a diplomáticos rusos, iraníes e iraquíes entre 2003 y 2004. "No es comparable, porque (lo nuestro) fue contraespionaje", ha subrayado.

Además, ha asegurado que "no se cometió ninguna ilegalidad" porque "estaba previsto en la legislación brasileña". "No se violó la privacidad de nadie", ha afirmado.

LA NSA EN AMÉRICA LATINA

El escándalo del espionaje de la NSA en América Latina se destapó el 2 de septiembre, cuando la cadena O'Globo reveló que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos espió a Rousseff y a su par mexicano, Enrique Peña Nieto, cuando aún era el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a las elecciones del 1 de julio de 2012.

De acuerdo con esta información, la NSA espió llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes de texto de Rousseff y varios de sus "asesores clave", así como de Peña Nieto y nueve miembros de su equipo de campaña electoral.

Sin embargo, las revelaciones han continuado. Según los documentos filtrados por el ex analista de Inteligencia Edward Snowden, la NSA también ha espiado a Petrobras, empresa pública brasileña que ha descubierto varias de las mayores reservas de petróleo mar adentro.

A ello, la revista brasileña 'Istoé' sumó que Estados Unidos ha puesto en marcha --con la ayuda de Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda-- el programa 'Echelon' con el que espía desde la isla de Ascensao, en el Atlántico Sur, las comunicaciones de Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela y Colombia.

El diario peruano 'La República', por su parte, ha revelado que la NSA espió a ocho ciudadanos peruanos por sus supuestos vínculos con grupos terroristas y narcotraficantes. El Gobierno de Ollanta Humala ha negado que estuviera al tanto de ello.

El periódico estadounidense 'The New York Times', ha indicado, que la NSA también espió a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y a la Venezuela presidida por Hugo Chávez, así como a las redes de narcotráfico en la región.