Actualizado 08/07/2009 17:15

ESCENARIOS-Difícil salida a crisis por golpe en Honduras

Por Enrique Andrés Pretel

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, mediará entre el derrocado mandatario hondureño, Manuel Zelaya, y el Gobierno interino que asumió del poder tras un golpe de Estado, buscando una salida negociada a la peor crisis política centroamericana en dos décadas.

Aunque ambas partes aceptaron el martes dialogar, se han mostrado inflexibles en sus posiciones sobre el conflicto generado tras la expulsión de Zelaya por militares el 28 de junio, acusado de estar preparando un golpe a la carta magna con una consulta popular que abría su camino a la reelección.

Zelaya ha recibido un amplio respaldo internacional, desde el presidente estadounidense, Barack Obama, al bloque de gobiernos izquierdistas latinoamericanos liderados por el venezolano Hugo Chávez.

El Gobierno de facto que encabeza Roberto Micheletti está apoyado por el Congreso, la Justicia, las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica y los principales gremios empresariales del país, que rechazaron el radical giro a la izquierda de Zelaya el año pasado y su alianza con el socialista Chávez.

La población está dividida y ha protagonizado multitudinarias marchas a favor y en contra del depuesto líder hondureño, cuyo frustrado intento de regresar en avión al país generó un enfrentamiento entre simpatizantes y soldados con el saldo de un manifestante muerto y varios heridos de bala.

A continuación, algunos posibles resultados del diálogo que está previsto se inicie el jueves en Costa Rica:

PARTES LLEGAN A ACUERDO, ZELAYA RETORNA CON CONDICIONES

Zelaya retornaría como presidente bajo ciertas condiciones, lo que permitiría a Honduras retornar a la Organización de Estados Americanos (OEA), y se daría una amnistía al Gobierno interino y las autoridades que respaldaron el golpe de Estado.

Con poco margen de maniobra por el rechazo de políticos, empresarios, militares y buena parte de la población, Zelaya tendría que ceder en su plan para modificar la Constitución y abandonaría la presidencia en enero.

Las condiciones podrían incluir varios puntos, desde que el mandatario asuma enfrentar un proceso judicial en el país, la convocatoria inmediata de elecciones y el compromiso de rebajar su retórica contra empresarios, Iglesia e instituciones, como el Congreso y la Corte Suprema de Justicia.

"Una solución sería el retorno de Zelaya y llamar a elecciones para salir de la crisis. Esto permitiría a la gente sentir que ninguno ha perdido", dijo Delma Mejía, analista de una organización civil anticorrupción hondureña.

También se podría llegar a algún acuerdo de poder compartido hasta que se celebre los comicios previstos para noviembre, dijo Kevin Casa-Zamora, ex vicepresidente de Costa Rica y ahora analista del Brookings Institute.

GOBIERNO INTERINO INFLEXIBLE, SE AISLA PESE SANCIONES

Las autoridades provisionales han reiterado que el retorno de Zelaya como presidente "es innegociable" y que sólo aceptarían su entrada en el país para que sea juzgado por traición a la patria, abuso de poder y corrupción.

Si el Gobierno de Micheletti no cede en este punto y se retira de las conversaciones, Honduras enfrentaría más presión internacional y previsiblemente sanciones económicas de Estados Unidos que pondrían en jaque la ya golpeada economía del país más pobre de América después de Haití y Nicaragua.

El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han congelado los vitales créditos para la pequeña nación exportadora de textiles, café y banano, que ya sufre por la caída de las remesas del exterior y el descenso del turismo.

El Gobierno interino probablemente buscaría elecciones anticipadas como solución unilateral al conflicto, pese a que la OEA, la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea han reiterado que no reconocerán a ningún presidente que no sea Zelaya.

Heather Berkman, analista de Eurasia Group, dijo que la presión se incrementará con más restricciones al financiamiento y sanciones económicas que podrían generar inestabilidad entre los sectores más pobres de la población.

"Se incrementaría la polarización y el conflicto en las calles. Esto es muy riesgoso porque se van a exaltar las pasiones podría haber más violencia y más muertos", dijo Jennifer McCoy, directora para las Américas del Centro Carter.

ZELAYA ABANDONA NEGOCIACION, TRATA DE VOLVER AL PAIS

Más improbable sería que Zelaya se retire de las conversaciones e intente entrar al país de nuevo "por tierra, mar o aire", como había anunciado antes de reunirse con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que le pidió abstenerse de fomentar la confrontación.

Ante este panorama, Chávez, que al principio de la crisis amenazó con derrocar a Micheletti, podría volver a ganar protagonismo buscando el retorno forzado de Zelaya.

Su entrada en el país podría disparar las tensiones entre simpatizantes y detractores del depuesto líder honduereño, además de que un intento de volver clandestinamente a través de la frontera podría generar tensiones regionales de Honduras con sus vecinos, especialmente Nicaragua.

(Por Enrique Andrés Pretel; Editado por Ricardo Figueroa)